De 20 años de edad, Harrison Kinyua abusó sexualmente de las chicas el 9 de diciembre de 2015 en una iglesia de la aldea de Kangaru (centro), mientras ellas devolvían unas sillas que habían sido tomadas prestadas para un entierro.
El acusado, que se declaró culpable, había asistido al funeral y luego siguió a las chicas hasta el templo donde las violó.Éste, que no está vinculado a la Iglesia, ofreció patatas fritas a las niñas a cambio de su silencio, pero ellas denunciaron los hechos a sus padres.
Un examen médico confirmó que las chicas habían sido sometidas a abusos sexuales.
Kinyua, quien en un principio negó los hechos que se le imputaban, arguyendo un conflicto que lo enfrentaba a la familia de las niñas, finalmente reconoció su culpabilidad.