Según explica The Chicago Tribune en su edición online, Miranda se acercó al coche de la víctima, de 33 años, con la excusa de pedirle fuego. Tras el 'no' del conductor, el incauto atracador sacó una pistola y le exigió que le diera todo lo que llevaba de valor. Y aquí cometió su segundo error: le dijo que saliera del coche.
Una vez fuera del vehículo, el experto en artes marciales aprovechó un momento de despiste del delincuente para quitarle el arma, instante en el que empezó un forcejeo en el que la víctima le asestó una serie de golpes al ladrón, especialmente en el tobillo, según relata el diario estadounidense.
Con el amigo de lo ajeno inmovilizado, en el suelo y medio herido, el atracado llamó a la policía. Al llegar al lugar de los hechos el cuerpo de seguridad de Chicago se enteró que Miranda había intentado robar a un participante del Ultimate Fighting Championship, una competición dirigida a expertos de las artes marciales. Tras su paso por el hospital, donde estuvo dos días ingresado, Miranda ha terminado entre rejas y bajo una fianza de 350.000 dólares.