“Levantarse un minuto antes, o un minuto después”

Que cosas viviríamos, o que cosas nos perderíamos de vivir, si sólo nos levantáramos un minuto antes o un minuto después.

Muchas veces agradecemos lo que nos tocó vivir en un instante y otras veces lamentamos en haber estado allí.

Hay gente que se ha salvado por haber bajado de un  tren que posteriormente chocó, sólo un minuto antes; como también hay gente que se había subido ese mismo minuto antes…

Hoy reflexionaba sobre esto.

Estuve haciendo fila en tres bancos y locales de pago. En el primero, justo la persona delante mío, llevaba para depositar cientos de monedas y billetes en numerosas bolsas de plástico (13 minutos de espera).

En el segundo local, la persona anterior a mí, llevaba al parecer planillas de pagos y boletas de cuentas aparentemente de toda su oficina o edificio, o barrio tal vez (10 minutos de espera).

Y en la tercera oportunidad, esperaba en la fila del banco y justo cuando me tocaba… “se cayó el sistema” (7 minutos de espera).

Poco después al bajar de un taxi, el auto de más atrás fue chocado (2 heridos).

Es el sino de la vida; es el vivir o morir con tan sólo un minuto de diferencia. No es justo, pero es la realidad.

Nuestra vida depende solamente de un minuto…