Previamente, el presidente del primer partido de la oposición había vuelto a acusar a Zapatero de ser "un lastre para la economía española", pero el presidente del Ejecutivo, antes de rememorar lo que ocurrió un día como hoy de 1981, se limitó a afearle que ahora recrimine al Gobierno las malas cifras de paro y no le reconociera méritos cuando España tenía la menor tasa de desempleo de la democracia.
Rajoy, que no tuvo oportunidad de replicar a Zapatero dentro del hemiciclo porque ya había consumido sus dos turnos de palabra, optó por hacerlo después en el pasillo del Congreso, donde criticó la actitud del presidente, quien, a su juicio, ha demostrado ser "bastante poco respetuoso" con lo que es un Parlamento democrático, "que es lo que no querían los del 23-F que hubiera".
Tras congratularse de que España sea una democracia "desde hace muchos años" y subrayar que así lo seguirá siendo en el futuro, el líder del primer partido de la oposición ha recordado a Zapatero que "la principal obligación" de un presidente del Gobierno es contestar a las preguntas que le hace la oposición.
En cualquier caso, Rajoy cree que la decisión de no contestar a su pregunta responde a que el jefe del Ejecutivo "no tiene nada que decir" en materia económica y de gestión de la política económica. "Por eso dice que no contesta, porque estamos en 23-F", ha lamentado.