Soy de los que piensan que la organización terrorista más veterana del mundo, con raíces que se remontan al Antiguo Testamento, va a cumplir lo que acaban de firmar. En todo esto estoy lamentablemente del lado de Benjamín Netanyahu.
La única forma de resolver el problema y el peligro de nuevos y más refinados y letales atentados, es liquidar totalmente a los miembros de Hamás, y eso el presidente del gobierno israelí lo sabe perfectamente.
Forma claro que es muy difícil de conseguir, pues se le puede ir la mano y sacrificar a inocentes. Aunque quede bien claro que no son atentados en su sentido estricto, ya que él anuncia sobradamente y con antelación a los habitantes de la franja de Gaza donde van a bombardear, advirtiendo previamente a los resientes a que se desplacen a otras zonas. Por lo tanto la matanza no es igual cualitativamente a la planificada y ejecutada por Hamás.
Firmar “el plan de paz” es dar aire y tiempo suficiente a Hamás para reorganizarse y armarse con mayor precisión…Y si no al tiempo….
Como verán no pienso de la misma forma que esas masas humanas removidas en tantos países del mundo entero por líderes políticos de deseos ejemplares pero ineficaces.