En España, 1 de cada 3 familias no podría pagar un gasto sorpresa de 1.000 € sin pedir prestado (¡hola, Banco de España!). Esto no es ser alarmista, es ser realista: tener este fondo no es de frikis de las finanzas, es de personas que prefieren dormir tranquilas. No hablamos de ahorrar para un yate, sino de tener un paraguas para los días de lluvia financiera. Y aquí te contamos cómo fabricarlo, aunque hoy solo tengas unas monedas en el cerdito.
¿Qué es un fondo de emergencia?
Es como tu superhéroe económico de bolsillo. Lo tienes guardado para salvar el día cuando:
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La lavadora decide jubilarse el día que tienes invitados.
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El dentista te dice que necesitas un empaste ya (y la Seguridad Social tiene lista de espera).
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Tu jefe te suelta un "lo siento, recortamos plantilla" inesperado.
No es el dinero que ahorras para irte de tapas por Madrid o renovar el móvil. Este fondo es tu red de seguridad: debe estar en una cuenta que puedas sacar en dos días, como máximo. ¿Cuánto necesitas? La teoría dice 3-6 meses de gastos básicos (alquiler, luz, mercadería…). Pero tú personalízalo: si eres autónomo y vives del turismo en Mallorca, mejor apunta a 9 meses. Si eres funcionario y tu trabajo es estable, con 3 respiras tranquilo.
¿Por qué es importante tener un fondo de emergencia?
En 2020, durante el confinamiento, muchos españoles descubrieron la importancia de tener un colchón. Un fondo de emergencia evita recurrir a préstamos rápidos con TAEs del 300% o tarjetas de crédito que ahogan con intereses. Además:
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Protege tu salud mental: La ansiedad de vivir al día se reduce cuando sabes que tienes un respaldo.
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Rompe el ciclo de deuda: Sin ahorros, una avería en la caldera puede llevarte a pedir un crédito que estrangule tu presupuesto mensual.
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Te da libertad financiera: ¿Aceptar un trabajo precario por miedo a quedarte sin ingresos? Con un fondo, puedes esperar una oferta mejor.
¿Cuánto dinero es suficiente para un fondo de emergencia?
La cifra depende de tu situación:
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Calcula tus gastos esenciales mensuales:
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Vivienda (hipoteca/alquiler, comunidad, IBI).
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Suministros (luz, agua, gas, internet).
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Alimentación básica.
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Transporte (gasolina, abono transporte).
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Seguros (hogar, salud).
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Multiplica según tu contexto:
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¿Tienes hijos? Añade un 20% para gastos escolares o pediatra privado.
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¿Eres autónomo o trabajas en hostelería? Apunta a 9-12 meses por la estacionalidad.
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¿Tienes deudas? Incluye las cuotas mínimas en tu cálculo.
Ejemplo: Si tus gastos son €1.200 al mes y eres autónomo, tu meta podría ser €10.800 (9 meses). Pero empezar con €1.000 ya es un buen paso.
¿Cómo construir tu fondo de emergencia?
Es como preparar un plato de comida por primera vez: requiere ingredientes básicos y paciencia.
Paso 1: Define tu meta realista
No digas "quiero ahorrar". Di: "3.000 € en 18 meses". Divide en plazos: 167 € al mes.
Paso 2: Analiza tu economía
Usa apps como Fintonic o Mooverang para rastrear gastos. ¿Te gastas €80 al mes en cafés y pinchos? Recorta a €40 y destina €40 al fondo. Saber en lo que estás gastando podrá cambiar tus hábitos innecesarios por un ahorro más sano.
Paso 3: Crea un presupuesto sin dejar el ocio afuera
Aplica la regla 50/30/20 adaptada:
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50% para necesidades (alquiler, comida).
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30% para ocio y caprichos (tapas, Netflix).
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20% para ahorro (prioriza el fondo de emergencia).
Si el 20% es imposible, empieza con un 5%.
Paso 4: Automatiza el ahorro
Configura una transferencia automática el día que cobres. Usa cuentas separadas que permitan generar rentabilidad y así mensualmente ir aumentando algunos euros.
Paso 5: Empieza con poco, pero empieza
¿Solo puedes ahorrar €50 al mes? En un año, tendrás €600. Aumenta progresivamente: si suben tus ingresos, destina la mitad de la subida al fondo. Esta acción es muy recomendable, ya que va mejorando tu autoestima a medida que aumentas tu capacidad de ahorro.
Paso 6: Revisa y ajusta
Cada trimestre, evalúa tu progreso. ¿Has recibido la paga extra? Destina el 30% al fondo. ¿Bajan los ingresos? Reduce temporalmente la meta.
¿Dónde guardar el dinero si vivo en España?
El fondo debe estar seguro, accesible y con algo de rentabilidad:
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Cuentas remuneradas: Bankinter (2,5% TIN el primer año) o N26 (hasta un 3,48% anual con su cuenta de ahorro).
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Depósitos a corto plazo: Algunos bancos ofrecen depósitos flexibles sin penalización por retirada.
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Apps de ahorro: Revolut o Vivid Money permiten crear "espacios" separados para el fondo.
Evita: Invertir en bolsa, criptomonedas o fondos con comisiones altas.
¿Qué puedo hacer si no llego a ahorrar lo suficiente?
Si el ahorro parece imposible, reinventa tu estrategia. Quedarse quieto no siempre es la mejor alternativa. Por eso, debes comenzar analizando en qué estás gastando dinero y de dónde podrías generar ingresos extras.
Recortar gastos invisibles, como la suscripción al gimnasio que casi no utilizas o servicios de streaming como Netflix, es una excelente manera de ahorrar mes a mes.
Este paso solo evitará que el balde con agua siga goteando, pero no hará que tus ingresos aumenten. Por eso, te recomendamos hacer una lista de lo que tienes y que podrías monetizar. Vende ropa usada o muebles en buen estado en plataformas como Wallapop o Facebook Marketplace. Si tienes una casa con buena distribución, arrienda una habitación a universitarios o personas que se trasladan por trabajo desde otras regiones.
Si tienes habilidades para enseñar pero no lo habías considerado por vergüenza, este es el momento de brillar con la ayuda de plataformas especializadas para encontrar alumnos y dar clases en línea o presenciales.
Cuando te paguen, no te desesperes. Una vez distribuyas las ganancias en los gastos fijos, ponte como meta ahorrar al menos 1000 euros. Esto podría ayudarte a cubrir imprevistos como una visita al veterinario o una reparación urgente de fontanería.
Ahora bien, si las cosas aún no se estabilizan, las clases avanzan lento y los muebles no se venden bien, ¿qué podría salir mal para tus ahorros? Imaginemos una situación hipotética en la que ocurre un imprevisto y gastar de tu propio bolsillo podría significar una caída en tu presupuesto de vida. En ese caso, tendrías que recurrir a tus ahorros, lo que te obligaría a reevaluar tus gastos el mes siguiente.
Una opción que podrías considerar sería un minicrédito, ya que son rápidos y tienen plazos que podrían permitirte seguir ahorrando mientras pagas, mes a mes, el dinero prestado, sacándote de un problema que parecía imposible de resolver. De esta manera, podrías mantener tu plan de ahorro intacto.
Cómo mantener el fondo de emergencia
Este dinero es sagrado. Úsalo solo si cumple las 3 reglas de emergencia:
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Imprevisto: No estaba planeado (ej.: una pérdida de empleo).
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Necesario: Afecta tu bienestar básico (salud, vivienda).
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Urgente: No puede esperar (ej.: una fuga de agua en casa).
Si usas parte del fondo, prioriza reponerlo. Por ejemplo, si retiras €800, ajusta tu presupuesto para recuperar €200 al mes durante 4 meses.
(CN-04)