Mientras el río artificial centró las miradas de todos, la organización preparó en los fogones 350 truchas con panceta, que fueron degustadas por todos los asistentes, acompañadas con blanco de la Nava, tan popular en esta comarca foramontana.
Después de la degustación de truchas y blanco de la Nava, se dejó a los niños que se “tiraran al río” para coger a mano aquellas truchas vivas que no han picado el anzuelo.
El presidente de la Junta Vecinal de Ontoria y Vernejo, Óscar López, señaló que esta edición había vuelto a contar con el atractivo popular y, especialmente, con la presencia de todos los niños de la pedanía, que es para quienes va dirigida, fundamentalmente, la fiesta. “Como habéis podido ver, todos, pequeños y mayores, han disfrutad de esta simpática fiesta”, aseguró.
La Feria de la Trucha surgió hace 16 años con el deseo de rendir un pequeño homenaje por un lado, a esa arteria de vida que es el río Saja y, por otro, a todos los pescadores de la zona”, explicó López.