Los gobiernos de España han sido con demasiada frecuencia erráticos y temibles, desde aquella pérdida de las colonias, como la isla de Cuba y las Islas Filipinas, al entrarnos en guerra y en combate para defenderlas de las apetencias de una potencia entonces del calibre de los Estados Unidos de América; con unos buques antiguos, de materiales endebles y armamento anticuado y obsoleto; con una marinería sin entrenamiento ni preparación, ni medios; ante una situación entonces deplorable. Hasta la actuación actual de Pedro Sánchez, que para echar pecho y apuntarse a la OTAN no se le ocurre otra cosa que enviar a la fragata “Blas de Lezo” al mar Negro, con 440 efectivos y tres buques más de guerra las próximas semanas; más el inminente envío de nuestros cazas Eurofighter.
¡! Cómo me acuerdo ahora de aquél Jefe del Estado, prudente, diplomático y astuto, que aisló a España durante tantos años del resto del mundo, salvo las sonadas visitas a Madrid de Eva Duarte de Perón y del general Eisenhower. Pero que claro, “evitó nada menos que Adolfo Hitler dejara entrar a sus ejércitos poderoso del III Reich, como una apisonadora por todo nuestro país, con lo que hubiésemos entrado sin remedio en la Segunda Guerra mundial, de consecuencias espantosas e inimaginables ¡!
Pues bien; aquel Jefe del Estado tan denostado y vituperado, hizo esperar al Führer poderoso media hora en la estación de Hendaya, con un valor y una sangre fría escalofriante, mientras el General Rommel esperaba al otro lado del país; mientras ahora, en estos momentos, nuestro “comandante en Jefe y su Ministra del Ejército” se aprestan boba e innecesariamente a que la Rusia de Vladimir Putin entre en guerra con nosotros, solo para apuntarse el tanto.
Me estremece y avergüenza mi Gobierno, sí, tan poco astuto, tan poco diplomático, en lugar de quedarse quieto, inmóvil. Pero claro, solo soy un pobre escritor que lo único que me queda es la memoria.