Las elecciones del 4 de mayo que Ayuso insistió durante meses en adelantar –contra el criterio de Casado y la dirección nacional– hasta que las mociones de censura autorizadas por Inés Arrimadas en Murcia le dieron la coartada definitiva, ya las había convertido en un plebiscito entre ella y Pedro Sánchez con el resultado conocido.
Y en el primer día de regreso de sus largas vacaciones, Ayuso hace saber que está de vuelta para acometer nuevas batallas. Esta vez por la presidencia regional del partido, por más que Casado hubiera mandado mensajes claros de que eso no toca en un momento en que las encuestas le sonríen y el PP cuenta a la prensa que ya está preparando sus primeros consejos de Ministros.
Pero la presidenta regional hace tiempo que maneja su propio calendario, con el incombustible Miguel Ángel Rodríguez, su jefe de gabinete siempre en la sombra. Ayuso considera que está legitimada tras el amplio respaldo que recibió en las urnas el 4M, cuando dobló sus propios resultados de 2019. El anuncio ha pillado, sin embargo, por sorpresa en Génova 13, la sede nacional de los populares. Pablo Casado ha optado por guardar silencio tras ver en los titulares los planes de su lideresa en Madrid. Desde su ejecutiva solo se ha pronunciado este miércoles el alcalde y portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida, para dejar un recado a su compañera de ticket electoral: no es el momento de abrir ese melón.
Para el Congreso que decida el nuevo rumbo del partido en el que Ayuso ya ha confirmado que será candidata aún quedan meses. Se anunció para finales de este año o principios de 2022, pero los dirigentes populares ya asumen que no se celebrará antes del primer trimestre del próximo año. Es por eso que la noticia lanzada por la presidenta madrileña ha sorprendido en el partido, más por sus plazos que por que alguien dudase de sus intenciones.
Todo se precipitó este martes en la víspera de su regreso tras unas semanas de descanso en las que vació por completo su agenda institucional. Después de mantener una "conversación informal con periodistas" –según fuentes cercanas a la presidenta madrileña–, tras haberse resistido los últimos meses a dar la última confirmación a su candidatura, saltaba la noticia. Dirigentes populares asumen que el movimiento "no ha sido casual" y que la intención de la política madrileña era regresar al nuevo ciclo político con el "órdago lanzado".
La dirigente regional se estrena así en el nuevo curso político y sin que el Gobierno que preside haya presentado un proyecto de presupuestos para el próximo año, después de dos ejercicios sin ser capaz de aprobar unas cuentas ni de presentar siquiera un borrador. Ayuso sigue gobernando con los presupuestos de 2019, aprobados por Ángel Garrido, muy previos a la situación de la pandemia que ha urgido a las administraciones a contar con medidas que ayuden a paliar los efectos de la crisis económica. La Covid–19 también ha mostrado las costuras del sistema sanitario madrileño y Ayuso se enfrenta a movilizaciones este otoño de sanitarios de la Atención Primaria que siguen denunciando su precaria situación y que la presidenta madrileña ha incumplido todas sus promesas para mejorar sus condiciones y reforzar la plantilla.
Los primeros anuncios como presidenta este miércoles se limitaban a una rebaja de impuestos menores que supondrá el 0,2% de su presupuesto y que la propia dirigente regional admitía que afectan a una tasa "obsoleta" y a otra que se "solapa" con una estatal de próxima aprobación, lo que obligaría al Gobierno regional a suspenderla cuando entraran en vigor.
"Humo" y "populismo", tildaban después las portavoces de Más Madrid, Mónica García, y la del PSOE, Hana Jalloul la medida que aún debe ser aprobada en la Asamblea de Madrid. Nada de sanidad ni tampoco concreción a cuándo llegarán los presupuestos a la Cámara regional al ser preguntada por los plazos que baraja el Gobierno para presentar el borrador de las cuentas en su primera comparecencia pública tras un mes de vacaciones.
Ayuso tampoco quiso responder sobre el anuncio de su candidatura y se limitaba a responder que la Puerta del Sol no era el lugar para hablar de las cuestiones internas del partido. A la pregunta de si Casado conocía sus intenciones de liderar la formación a nivel regional, la presidenta madrileña solo respondía que habla "todos los días" con el líder de su partido y rechazaba dar detalles de cuándo y cómo se lo comunicó, si es que lo hizo.
La noticia ya ha levantado las primeras resistencias internas. Su compañero y segundo máximo cargo institucional de la región, el alcalde de Madrid, evitó respaldarla en público este miércoles y aseguraba que el partido ya está en "muy buenas manos", en referencia a la actual dirección de Pío García Escudero y Ana Camins de los que ha dicho, "hacen un gran trabajo" y a los que ha atribuido los resultados electorales de mayo.
"Digo lo que llevo diciendo desde hace meses: a mi juicio, no toca hablar porque las decisiones se tomarán cuando corresponda, cuando se convoque el congreso. “Ningún madrileño entendería que nos ocupáramos con cuestiones internas del PP y no nos preocupáramos de los problemas de los españoles cuando el precio de la luz está disparado", decía el alcalde de Madrid a las preguntas de la prensa tras acudir a un acto institucional.
Almeida, que siempre ha negado que vaya a lanzarse a esa batalla, se ha prodigado los últimos meses a favor de una tercera vía: elevar a la presidencia orgánica a una figura sin responsabilidades institucionales que se dedique a mantener en orden el partido en Madrid. Las intenciones sin embargo de Ayuso son muy diferentes: tomar el control orgánico de la formación a nivel regional, después de que pudiera elaborar su candidatura a las elecciones de mayo sin apenas injerencias del partido nacional, a excepción de la imposición de Toni Cantó en las listas.
En el partido algunos recuerdan las consecuencias de que una única persona controle todo el poder y citan el caso de Esperanza Aguirre. Y la propia Ayuso ya no esconde que su figura personalísima empieza a ser "incómoda" para "algunos inseguros" dentro del PP, según declaró hace un par de meses en una entrevista en esRadio. La dirección nacional se había resistido a respaldarla como candidata tras los comicios del 4M e incluso lanzó a las quinielas al alcalde de Madrid, pero el primer aval a su futuro liderazgo se produjo a principios de junio cuando el secretario general del PP, Teodoro García Egea –con el que Ayuso mantiene una relación tirante, según reconocen el entorno de la presidenta–, aseguró que apostaría por ella si tuviera que votar en el congreso regional de Madrid.
Ahora, tanto Egea como Casado guardan silencio y el único mensaje procedente de la dirección nacional ha sido el de Almeida, que mantiene. una estrecha relación con Casado que le nombró portavoz del partido hace un año. La batalla por liderar el PP de Madrid será en cualquier caso larga hasta la celebración del Congreso regional previsto para principios del 2022.
Fátima Caballero
@FatymaCaballero
FUENTE: elDiario.es