Lo primero que tienes que tener en cuenta, ya que se trata de un fallo bastante habitual, es que no existe un único tipo de iluminación indoor útil, sino que todo dependerá de cuáles sean tus necesidades, cuál el tipo de cultivo en cuestión y, sólo a partir de allí, saldrá tu elección.
En otras palabras, ni el tipo de lámpara ni sus lúmenes deberían ser los mismos para dos circunstancias completamente distintas una de las últimas, y además debes atender a cuestiones como que las plantas de cannabis, por mencionar un ejemplo, necesitan la luz del sol, con distintas estaciones y las particularidades de cada una, sus días y sus noches.
De este modo, se deberá intentar simular ese paso natural del tiempo, con ciertos requisitos adicionales, como que estas plantas piden luz azul durante el crecimiento y luz roja durante la floración, por lo que no podemos dormirnos y olvidarnos del tema, o echaremos todo a perder.
¿Cuántos lúmenes son necesarios para el crecimiento del cultivo indoor?
El cálculo de los lúmenes es uno de los puntos más sensibles en estos casos, y nuestra sugerencia al respecto es que analices muy bien el espacio donde vas a colocar las lámparas, como así también la fase específica en la que se encuentra el cultivo, porque las referencias se hacen sobre metros cuadrados, lo que ayuda a reducir el margen de error.
Así, en una fase de floración de la planta de cannabis se aconsejan unos 50.000 lúmenes por metro cuadro o, al menos, unos 40.000 lúmenes por metro cuadrado.
En la fase de crecimiento, en tanto, unos 15.000 lúmenes pueden ser suficientes, aunque los expertos creen que un número más acorde es el de 20.000 lúmenes.
Y cuando del mantenimiento de las madres se trata, lo ideal son unos 15.000 lúmenes, con un mínimo de 10.000 lúmenes. Para el cultivo de esquejes, 5.000 y 1.000 respectivamente.
Sistemas de iluminación para cultivo interior
Ya analizados algunos de los básicos para la iluminación en cultivos de interior, hay que detenerse por un momento en los distintos sistemas, sobre todo en las bombillas LED, o Light Emitting Diode, que suelen ser las más populares de cara a estos usos.
La mayoría de las personas tiende a quedarse con ellas porque brindan una experiencia de iluminación semejante a la de las bombillas HPS, pero con menor consumo y emisión de calor.
También es cierto que adquirirlas puede representar una inversión un poco más elevada que la de otros mecanismos pero, aún así, ese dinero se recupera con el paso de los meses, al obtener facturas de luz más bajas, haciendo que sigan siendo la alternativa más escogida.
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