Como amante del lenguaje y la investigación, debo decir que en la RAE, las tres acepciones de la palabra pornografía no tienen relación con lo que se comercializa en nombre del buen sexo. Si bien se trata de una exposición viva, gráfica, explícita o verbal de un acto sexual consentido, la realidad de su promoción dista bastante de ser un espectáculo saludable para la mente, el cuerpo y bienestar de una relación de cualquier conjunción humana, sus consumidores.
Es lamentable como se ha divulgado una forma tan mala y absurda de sexualidad, que es necesario ocultarla en páginas negras de Internet u otros medios. Es lamentable que la excitación no sea espontanea frente a las personas que deberían ser las deseables. Es casi tonto y majadero que se incorporen verdaderas herramientas para falsear una excitación que debería ser natural. Es lastimoso, enfermizo y vergonzoso para la humanidad, que se incorporen animales a la exhibición coital humana y que ello sea motivo de excitación.
El tema de la explotación de las mujeres y niños en la industria pornográfica, es un tema que da para mucha tela oscura, en circunstancias que se ha sabido desde tiempos pasados, que estos seres humanos necesitados de dinero, habitantes ilegales, menores abandonados, etnias despreciadas, etc. han muerto por no resistir los abusos en medio de las tomas porno cinematográficas. Humanos reemplazados por otros “actores” y reciclados como comida para los perros adiestrados.
¿Cuál es la justificación de la existencia de la pornografía? Supuestamente una ayuda medicinal para las parejas u otras relaciones atípicas, disfuncionales en el tema. También se decía que la prostitución era una “ayuda” para evitar que los hombres incapaces de contenerse, no hicieran abusos, actos sexuales inapropiados. Sin embargo, hay prostitución cada vez más atrevida y siguen habiendo abusos de menores, dentro y fuera de las familias, como también secuestros y otros crímenes indescriptibles.
Existe una exacerbación sexual desenfrenada, a flor de piel. Donde se mire hay gráficos de sexo explícito que estimula a la perversión. Incluso hay que cuidar los textos escolares de los niños, donde de vez en cuando, aparecen imágenes subliminales.
El ejemplo, mejor dicho, el mal ejemplo está prefabricando a futuros violadores. Los curas en el mundo, ocultos en sus sobrias sotanas, son algunos de ellos, tal como los cuidadores de casas de menores en riesgo social. ¿Para qué decían que era la pornografía? ¿Para alentar a quienes? ¿Porqué forzar un apetito inexistente?
El sexo, siendo el mejor y más bello regalo para la humanidad, que nos ha permitido multiplicarnos mediante un placer inigualable, tal como la industria alimenticia y farmacéutica se han adueñado de nuestra vida y salud, la industria pornográfica se ha apropiado de la sexualidad humana, convirtiéndola cada día más crudamente, en un arma denigrante de la especie, transmitiendo por generaciones, falsos y absurdos argumentos de bienestar.
Primavera Aprueba lo natural
RAE
Pornografía:
1. f. Presentación abierta y cruda del sexo que busca producir excitación. 2. f. Espectáculo, texto o producto audiovisual que utiliza la pornografía. 3. f. Tratado acerca de la prostitución.
(*) Primavera Silva Monge es una escritora chilena, traductora de japonés, ex alumna del prestigioso Instituto Nacional de Santiago de Chile, artesana y socióloga por afición. Sus escritos los redacta referidos principalmente a los temas cotidianos imprimiéndoles una dosis de frescura y cercanía que hacen muy fácil su lectura y comprensión. Su género literario favorito es la novela y el relato o cuento corto.