La mentira es una situación de mal formación en el cerebro humano capaz de dañar seriamente a la sociedad por su instinto negativo, por eso es dominante en el estatus social y sobre todo en política. Hay situaciones incapaces de controlar por su fuerza y la debilidad de la persona que la ejercita con mala intención que transmite sonrojo y prevaricación. En la clase política se sitúa en primer puesto, será por exceso del verbo o por arraigo con la mentira.
Mentiras, las hay añejas, nuevas, pero siempre son MENTIRAS. También las hay de muchos colores. De villano se pasa a la gloria que te asignan cuando la mentira florece, sin embargo, en el fracaso hierve. Pero al ser tan colectiva se produce el sor paso por el camino incierto de mentiras. ¿Hasta dónde se puede perdonar una mentira?
El engaño es una mentira engrandecida, no hay mayor agravio que la mentira, quien la ejercita no le tenía que crecer el cerebro, sino perder la lengua hasta extinguirla, y cuando se produzcan casos de enjundia finiquitarla.
Una mentira política habría que purgarla, establecer un consenso para acorralarla, sancionarla. La superficie es la palabra, por ella mienten y engañan, castigan o salvan condena por una falta leve para más saña, por la verdad tapada, solo hay que saber el bien para interpretarla, es una verdad de conciencia. Lo que se miente hoy no valen para mañana porque será más grande, difícil de igualarla, las horas pasan y la mentira crece y se alarga. Te hablan, te dicen y después te regañan porque no te enteras de nada.
En todo discurso, en toda platica política se esconde la mentira, que a veces es doliente, por no querer discernir del miedo y el riesgo que las personas sufren y temen el perjuicio por no saber elegir el color que en su vida le va a transmitir. Con la mentira prevarican, con el engaño defraudan, lo triste y lamentable es que siempre paga y lo sufre el ciudadano. Todos los ponentes deberían llevar obligatoriamente un lector de mentiras y un sensor de sentimientos, para cuando lo utilizan ser ellos mismos los escuchados.
La mentira que peligro tiene quien la rima, que osadía, quien la desafina, que sangre hay en sus venas que la lastima, hasta el punto que la incrimina, ni si quiera una piadosa se libra.
Madrid, Mayo de 2019 - Vicente M. González
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