La serie completa se ha exhibido en Berlín y en Leipzig y ahora llegan a Madrid 34 cuadros de la misma que se pueden admirar en el intenso espacio del Centro Sefarad Israel.
Es inevitable el recuerdo de Stefan Sweig en su “El mundo de ayer” y su incapacidad física para soportar más dolor a pesar de haber abandonado ya Europa ,pero aun en medio de esa guerra deseada. La exposición es un relato histórico en la que toman protagonismo personajes judíos, Kafka, Primo Levi, aunque para ellos esa religión fue más un accidente heredado que una vocación por la que sin embargo algunos pagaron.
Otros como el que da título a la exposición demuestran que “la memoria no solo es un recuerdo del pasado sino una proyección del futuro” Kafka muere en 1924 pero no desentona vestido de interno de un campo nazi de concentración. Ya veía, o hacía que Josef. K viera “el rostro de los horrores del poder del Siglo XX y profetiza los del XXI”
En uno de los comentarios sobre esta serie, Saramago afirma que “las pinturas son siempre lugares de memoria” pero al cabo de un tiempo de observar los cuadros expuestos es inevitable pensar que algunos de los síntomas de esa enfermedad que creíamos extinta están otra vez ahí , delante de nosotros ,esperando solo que los sonámbulos sin saber cómo se líen entre ellos.