El autor de Patria, novela que ha sido traducida a casi 30 lenguas, dijo que “la poesía era un refugio piadoso y tiránico al mismo tiempo”, que dejó durante un periodo los versos, pero no la poesía. La poesía es un testigo y difícilmente cabe el humor en ella porque es un disolvente, apuntó el escritor, si cabe en cambio la ternura. Quizás la ironía.
La atención y promoción de las distintas traducciones de la novela obliga al autor a viajar más para presentarla y promocionarla, algo que le resta tiempo y el deseado sosiego de la creación. Aramburu dijo que tenía un proyecto de escritura y que tiene disciplina para trabajar. Le interesa la “vida ritualizada” para mantener el relato constante y que aprovecha los cortos momentos libres para escribir algunas ideas o frases. “Me interesa ser un escritor productivo de unas líneas o páginas”. Actualmente se está filmando una película sobre Patria.
Aramburu se confesó un hombre libre de obsesiones y animó a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
En el diálogo se habló también de la memoria como bujía de explosión de la mente y que las obras son descargas de la memoria”