04MAY19 – SANTIAGO DE CHILE.- Creo respetar y, más bien defender incluso, la corriente del “libre pensador”. Cada uno tiene su verdad, motivos y razones. Pero hoy, una verdad me sorprendió. Me visita un matrimonio, con una bebita de 1 mes de vida. Padres también de otras dos niñas de 6 años y 1 año.
Y en un momento ella me dice: “Yo no le doy pecho a la guagua”. -¿Ah, no? contesté. “No doctor, nunca he dado pecho, a ninguna de mis tres hijas”. -¿Y por qué no? le pregunto. “Porque no me gusta, nunca lo he hecho, ni cuando recién nacidas”. (Fue como una cláusula matrimonial).
Y el padre me dice: “Si doctor, me han salido más caras mis guaguas, a puros tarros”… Para minimizar su queja, contesté: ¿tal vez cuando sean grandes sean bateristas; criadas entre tantos tarros?... Él río de buenas ganas.
Pero no me dejó de sorprender la determinación de aquella mamá.
Nunca me había pasado.
Caso extraño.
Raro.