"Se quiere condenar a Hungría porque los húngaros decidieron que nuestra patria no iba a ser un país de migrantes", dijo el dirigente soberanista a los eurodiputados congregados en Estrasburgo, al noreste de Francia. "Hungría no va a ceder al chantaje. Hungría va a proteger sus fronteras", agregó.
La situación de los derechos de los migrantes y refugiados es, no obstante, una de las doce preocupaciones que recoge el informe de la ponente Judith Sargentini, entre ellas sobre "el funcionamiento del sistema constitucional y electoral", la independencia del poder judicial" y diversas libertades individuales.
Esta eurodiputada ecologista, que se vio obligada a suspender la defensa de su informe por la llegada con retraso de Orbán, llamó a activar el freno de emergencia. "¿Vamos a permitir que un gobierno que viola los valores sobre los que se asienta la UE pueda hacerlo sin ninguna consecuencia?", preguntó.
La Eurocámara pide así al Consejo, institución que reúne a los países del bloque, a constatar un "riesgo claro de violación grave" de los valores europeos por Hungría en el marco del procedimiento del Artículo 7, que, a largo plazo, podría privar a Budapest de su voto en el seno de la UE.
La Comisión Europea, que activó en 2017 este artículo conocido como "botón nuclear" contra Polonia, preocupada por su Estado de derecho, se ha limitado a abrir procesos de infracción contra Budapest por no respetar la legislación europea en materia de asilo, por su ley de financiación de oenegés o su ley de universidades, entre otros.
- 'Futuro de Europa' -
La iniciativa de la Eurocámara necesita el apoyo de al menos dos tercios de los votos. La posición del Partido Popular Europeo (PPE), del que forma parte Orbán y líderes europeos como la alemana Angela Merkel, es crucial, máxime cuando el resto de grupos ya se han posicionado.
Su jefe de filas, el alemán Manfred Weber, quien anunció recientemente su intención de aspirar a la presidencia de la Comisión Europea en 2019, aseguró que la discusión versa "sobre el estilo de vida europeo". Su grupo decidió dar libertad de voto a sus miembros, que estarían divididos al 50% entre apoyar o no el informe de Sargentini, según fuentes del PPE. Weber votará a favor.
Independientemente del resultado, el debate puede avivar los meses previos a las elecciones europeas de mayo, que se celebrarán en un momento de auge de las fuerzas populistas y de ultraderecha en la UE, como en Italia, Austria o, recientemente, Suecia. En lugar de debatir el informe de Sargentini, Viktor Orbán optó por un discurso soberanista, en el que defendió su política migratoria -como el levantamiento de vallas- como una manera de proteger "Hungría y Europa", y apeló a las raíces cristianas de su país.
Con este movimiento, el dirigente de 55 años euroescéptico, antiinmigración y de estilo autoritario intenta ubicar la migración y el Estado nación en el centro de la campaña de las elecciones europea de mayo, cuando espera "devolver la democracia a la política europea".
Su aliado ultraderechista en Italia, el ministro del Interior Matteo Salvini, anunció de boca de su vocero que defenderá a Orbán ante una Eurocámara que "no puede juzgar a los pueblos y a los gobiernos electos". La francesa Marine Le Pen celebró el discurso del húngaro con un "¡Bravo!" en Twitter.
Para el eurodiputado liberal Guy Verhofstadt, que busca construir una alianza proeuropea con el mandatario francés Emmanuel Macron, la UE vive "una batalla por la supervivencia del proyecto europeo". Oenegés como Amnistía Internacional y Human Rights Watch también llamaron a apoyar el lanzamiento del procedimiento contra Budapest, ya que, según Hugh Williamson, responsable de HRW, "votar sí es un voto por Hungría y por el futuro de Europa".