Que el chuti de Puigdemont, Torra, continúe con sus permanentes ofensas al Estado es inadmisible, como igualmente el acudir a la puerta de la prisión de Llendoners para rendir homenaje al consejero de Interior, Joaquín Forn, haciéndolo coincidir con el día del terrible atentado en que fueron asesinadas 16 personas y heridas más de un centenar, refleja de por si la catadura del citado Torra y todo un crudo y duro acoso al Estado.
Desde que Sánchez gobierna el país a golpe de compromisos y promesas con vascos y catalanes, el independentismo ha intensificado sus acciones y no solo contra la figura del Rey tal como se demostró con la desafortunada e insultante pancarta colgada en uno de los edificios situados de la plaza de Cataluña. Como igualmente ridículo resultó por parte del presidente de la Generalidad, el hacerse acompañar por la mujer del citado Forn con tratamiento de autoridad ante Felipe VI y el presidente del Gobierno, alegando el mencionado Torra que “El consejero de Interior está injustamente en prisión”.
Mientras perdure la hipoteca de Sánchez con los independentistas, el Gobierno vivirá en plena anormalidad política, con el agravante de tener que soportar continuos insultos y descalificaciones. Tanto PP como Ces están empeñados en que el Gobierno debe reaccionar ante las amenazas públicas y no solo por el problema de las víctimas. Hasta el momento están demostrando que el regreso al orden no entra en su presupuesto político y ante semejante dislate será imposible progresar. Toda esta insufrible situación son las consecuencias de los compromisos asumidos en su día por parte del presidente Sánchez con las formaciones independentistas que le ayudaron a llegar a la Mocloa, pero tal compromiso, bajo ningún concepto, puede afectar al futuro de España….¡¡Tiempo al tiempo!!