Estos son los perfiles de los tres aspirantes:
PEDRO SÁNCHEZ
Defenestrado en octubre de 2016 en una revuelta de dirigentes de su partido para permitir un gobierno conservador y evitar unas terceras elecciones en un año, Sánchez busca redimirse con un nuevo mandato como secretario general.
Sánchez, exdiputado y exconcejal en Madrid, fue electo por los afiliados en 2014. Defiende que su candidatura es "la de la militancia", y aboga por un PSOE participativo, donde se consulte a las bases sobre "cuestiones trascendentales", como por ejemplo con quién pactar para formar gobierno.
A nivel programático, este economista madrileño de 45 años hijo de empresario y padre de dos hijas exige la derogación de la reforma laboral promovida por los conservadores en 2012, que abarata el coste del despido.
Y a propósito del desafío soberanista en Cataluña, afirma que ésta es "una nación" y España "una realidad plurinacional".
Según él, la imagen del partido quedó desvirtuada cuando, tras su caída, el PSOE decidió permitir que Mariano Rajoy siga en el poder.
Aboga por situar al partido "claramente a la izquierda", para recuperar los votos socialistas que se fueron con Podemos, formación que junto a Ciudadanos precipitó el fin del bipartidismo en 2015.
Sus detractores le recuerdan no obstante que bajo su liderazgo el PSOE cosechó los peores resultados electorales de su historia.
SUSANA DÍAZ
Si Pedro Sánchez reivindica el apoyo de las bases, la sevillana Susana Díaz (42 años) presume del respaldo de gran parte del aparato de su partido, incluidos los dos ex presidentes socialistas de gobierno: Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.
También a diferencia de su contrincante, recela mucho de todo acercamiento a Podemos, y defiende con ahínco "el PSOE de toda la vida", que se defina por sí mismo y no en función de con quién pueda pactar.
Promotora de la revuelta contra Sánchez, Díaz lo acusa de dar demasiados "bandazos" ideológicos y de haber perdido la confianza de los socialistas. "Tu problema no soy yo, tu problema eres tú", le espetó en el debate del lunes entre los tres candidatos.
Hija y nieta de fontaneros, Díaz, madre de un niño de casi dos años, se afilió al partido con 17 años y desempeñó numerosos cargos a nivel local, regional y nacional. Desde 2013 es la presidenta de Andalucía, la región con más afiliados socialistas del país.
Tras conducir una campaña centrada en su imagen, presentó su programa apenas cuatro días antes de la votación. Una de sus principales propuestas es la de un préstamo juvenil de 24.000 euros, a reembolsar durante varios años y sin intereses.
Al igual que Sánchez, pide que se derogue la reforma laboral del gobierno del PP, y blindar el carácter público de la sanidad y la educación.
PATXI LÓPEZ
Hijo del obrero Eduardo López, figura del socialismo vasco, Patxi López cobró un gran prestigio en el partido al romper la hegemonía nacionalista en el País Vasco, del que fue presidente regional entre 2009 y 2012 con apoyo del PP.
En la campaña de las primarias, López (57 años) se ha presentado como el candidato del consenso, en medio del enfrentamiento descarnado entre Díaz y Sánchez.
El que también fuera presidente de la cámara baja del Parlamento español insiste en la necesidad de superar la actual división "suicida", pues de lo contrario, el PSOE podría terminar en la "irrelevancia", como el PASOK griego o el Partido Socialista francés.
Coincide con Díaz en que el partido no debe definirse por con quién pacta, e insiste en las diferencias fundamentales con Podemos, señalando que el PSOE no es "un movimiento asambleario".
En su programa aboga por un Estado "emprendedor", que sirva para "recuperar el poder de la política" sobre la economía.
Igualmente se define como muy europeísta. Defiende la instauración de un estatuto común de los trabajadores en la UE, para combatir el dumping social, y la creación de un sueldo mínimo común.
A juzgar por los avales recogidos para presentar su candidatura (unos 10.800), tendrá a priori muy pocas opciones frente a Díaz (60.000 avales) y Sánchez (53.000).