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Opinión: “Recuerdos de Mi Abuelita…”

De ex presidente a payaso misericordioso

Por Geral Aci

miércoles 05 de abril de 2017, 01:38h
De ex presidente a payaso misericordioso

05ABR17 – MADRID.- Como si se tratara de un circo pobre, donde el público está compuesto por enfermos mentales, o de un presidio con delincuentes ignorantes o de una academia militar, grita un payaso: ¡libertad para los asesinos! Y la totalidad del público carcajea con fuerza, creen que es un chiste.

Mi abuela algunas veces discutía con mi madre y recuerdo que siempre era por lo mismo: El perro que teníamos en casa. No sé para qué, ya que éramos más pobres que cien pobres juntos y no había nada que cuidar, ante una total ausencia de muebles, ningún electrodoméstico y nunca conocimos una joya y en las paredes, sólo colgaba un cuadro con un hombre crucificado y si alguno de nosotros, los hermanos, nos portábamos mal, el castigo era ponerlo de frente en la noche para asustarnos.

Decía la madre de mi madre que cuando un perro ya viejo, y con muchas mañas se escapa o sale a la calle, muerde al primero que encuentra y ello, es como una especie de venganza contra quienes un día lo llevaron a una prisión o a una cadena que solamente le quitaban por la noche.

Dejar en libertad a los autores del genocidio, a los violadores, ladrones, hijos de perra, mal nacidos, prepotentes, ignorantes, diabólicos y sanguinarios chacales cómplices del carnicero Pinochet, más que un chiste de payaso, suena a una violenta diarrea. El hombre que lo propone y que es conocido como el payaso, también sufrió un cambio durante la dictadura, no igual al que padecieron miles de familias chilenas, pero sí la sufrió. En esos años él era millonario pero durante y después de los traidores, se hizo súper millonario. Ese fue su “sufrimiento”. No tiene gracia ni carisma, no es político ni educado, pero si supo cómo hacer de un dólar, en cuatro años de presidente, cien millones de dólares.

Ese es el que dice libertad para los criminales. Sin embargo no se puede olvidar -quizás el payaso no lo sabe-, que hay cientos de familias que aun después de casi medio siglo, continúan esperando les entreguen el cadáver de un familiar para poder sepultarlo. Que centenares de mujeres tienen hijos y que no saben quién es el padre porque son el resultado de continuas violaciones en los centros de tortura. Que miles de muchachos preguntan ¿dónde están mis padres? Del millón de chilenos expulsados de la tierra donde nacieron, una gran mayoría nunca ha podido recuperar, vivienda, obras de arte, joyas, y muchos otros valores que permanecen en manos de los familiares de los perros de Pinochet.

Sabemos que ningún gobierno después de los ignorantes y valientes soldados, ha tenido bien puestos los testículos para reformar la constitución. Sigue el país con olor a mierda en la mayoría de sus instituciones.

Comenta el payaso; “es que a fulano de tal, preso en Punta Peuco, le duele la tripita. A zutano le duele la cabecita, a otro perro le duelen las muelas. Pobrecitos, por ello, debemos dejarlos en libertad”

¿Por qué no pregunta el payaso, a las mujeres inválidas, enfermas, violadas y humilladas, qué opinan sobre esa pudrición que el payaso aéreo quiere dejar salir a la calle?

Que alguien le cuente a este sujeto que siempre trata de hacerse el chistoso, lo que ocurre en otras cárceles de diferentes países del mundo. En Colombia según las noticias, se paga por dormir en el suelo, en Perú alquilar un colchón cuesta una fortuna. Y así en las diferentes cárceles, los presos sueñan con morir antes que seguir soportando violaciones y palizas. Pero los gobiernos corruptos y sucios, no se preocupan, y obligan a los reclusos a acudir a misa, tienen un capellán a su servicio que en realidad y dentro del penal, el conocido capellán sirve para “todo tipo de servicios”.

Las reclusos especiales de esas cárceles de excelencia en que los tiene confinados el gobierno de turno, a menudo ofrecen conferencias de prensa y continuamente consultan con sus asesores los intereses del dinero robado a su propio país, que es parte de “su fortuna personal” y depositado en paraísos fiscales.

En Punta Peuco, el “cinco estrellas” de los valientes y gloriosos héroes chilenos, que viven en su interior por decenas de crímenes, dispone de algunas prebendas; Tienen dormitorios privados con una cómoda cama de dos plazas, frazadas de lana, y sábanas bordadas y así los pueden visitar sus esposas, su amantes, alguna puta o si les gusta otra cosa, también pueden ser visitados. Desayunan en la camita, piden lo que quieren desayunar la noche anterior y la hora, ya que no les gusta madrugar. Zumito, huevitos fritos, cafecito, pan tostado y no olvidar los periódicos del día. Agüita caliente para ducharse, toallas limpias y papel higiénico suave, no puede ser áspero ya que puede ocasionarles otras tendencias. También tienen canchas de golf, fútbol, ping-pong, básquetbol, piscina temperada, una profesora que les enseña a nadar y el infaltable vasito con ron o whisky. En la tarde siesta en completo silencio. Después una meriendita, pan tostado con mermeladas, queso y jamón. Por la noche una cena liviana, un filetito a la plancha, ensalada de frutas, otra copita, y a la camita, con frazadas nuevas, las cambian cada día, sábanas limpias y un crucifijo oxidado y feo para que le proporciones un sueño tranquilo.

Así da gusta estar “preso” Es una vergüenza. Es la decadencia, es la inmoralidad de un sistema. Es la pudrición de los gobernantes.

Es el “castigo” al que sentenciaron a los más feroces y salvajes criminales para con un pueblo cuyo único delito fue elegir un presidente mediante unas elecciones libres.

Ya olvidó el payaso que esos “pobrecitos presos” asesinaron a un gran hombre porque escribía poesías. A un ciudadano porque cantaba y tocaba la guitarra. A decenas de periodistas, hombres y mujeres, que jamás imaginaron que un día un payaso y ex presidente de la república, millonario y desagradable, imploraría por la libertad de quienes hicieron desaparecer los cuerpos de sus seres queridos sin haber cometido jamás un delito.

Con esta locura el payaso está otorgando un llanto perpetuo a sus familiares. Con respecto a la opinión del juez Garzón, lógico que es impensable, cuesta creerlo, es difícil de aceptar, pero él, es un hombre muy respetado, víctima también de una dictadura judicial, ha tenido el valor de declarar que su opinión con respecto a los asesinos ha cambiado pero no así el payaso que no justifica su actitud. Aún cuando los miles de chilenos que estamos fuera del país, no tenemos mas remedio que aceptar la opinión del señor Garzón, no cabe duda que no la olvidaremos…

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