01FEB17 – MADRID.- A todos mis amigos queridos y a todos mis enemigos si es que tuviera alguno, a todos vosotros escritores, realizadores, actores, directores, empresarios, gerentes, secretarias, familiares y políticos con mayor o menor renombre, relevancia y fama, que estáis pensando que vais cumpliendo años, que la casa que habitamos tiene alguna gotera, que los galenos no dan para mucho pues son seres humanos limitados como nosotros.
Que nos estamos empezando a cansar o por mejor decir a inquietarnos ante algo que sabíamos desde hace mayor o menor tiempo y ante la evidencia, antes de que lleguen mayores dolores o mejor dicho preocupaciones de las que ya albergan nuestros cuerpos tan sufridos, he de recordaros, a la vez que me sirve de recordatorio, que aunque tengamos este envoltorio más o menos hermoso, más o menos ágil, más o menos deteriorado, más o menos dañado por nuestros propios errores o por los de los demás; que la mente es joven y que el alma es inmortal.
Puede parecer una perogrullada, pero a la vista del panorama que se avecina, que como las cosas se podrían torcer más de lo que ya están, es mi deseo haceros llegar estas dos verdades que os sirvan siempre de consuelo y de viático cuando la nave, en frase de Machado, está presta a partir.
El cuerpo no es nada. No os pueden hacer más daño, porque no os pueden hacer daño alguno, ya que la mente es y siempre será joven. Y el alma es inmortal.
(*) Germán Ubillos Orsolich es Premio Nacional de Teatro, dramaturgo, ensayista, novelista y escritor.
FOTO_GERMANUBILLOS(75).jpg "El alma es inmortal – La mente es joven")
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