Hola queridos míos:
Quienes trabajamos en la casa, ya sea como escritores, servidores domésticos, pintores, artesanos, etc. nos preocuparemos de tener un gran día laboral. Seamos hombres o mujeres, nos fijaremos en lo que parece trivial, pero que en realidad no lo es. Veamos la lista a modo de ejemplo:
Establecer claramente el lugar de trabajo. Que sea adecuado, justo, bonito, agradable, luminoso, aireado, que huela bien. Compórtese como un buen patrón, pero tampoco se tiente con expandirse por toda la casa, como no lo haría en una oficina externa.
Acondicionar la temperatura ambiente. Exponerse a sacrificios por economía o flojera de adecuar lo nombrado, no conlleva compensaciones notorias.
Elegir la música que nos acompañarán en nuestra jornada, porque aunque no se nos pague como a trabajador clásico, igualmente puede ser espléndida, soñada.
Poner aroma ambiental a gusto. Al sentir aromas agradables se siente felicidad y al estar feliz se tiende a compartir con los demás, como si la felicidad fuera materia prima autorrenovable.
Las herramientas a usar deben conservarse en orden, tal como se les enseña a los hijos, sobrinos o nietos. Lo ideal es que se comporte como adulto ante usted mismo.
Realizar un listado de las actividades a realizar. Se recomienda comenzar con las cosas más notorias como hacer las camas, lavar los trastos de la comida y recoger la basura.
Prever las interrupciones. Dejarles un espacio o evitarlas, con lo cual también se previenen los accidentes como cortarse, romper una obra, caerse, etc.
Tomar una ducha y acicalarse con perfumes y afeites sencillos, antes y al terminar la jornada, especialmente si ésta nos deja como puerquitos.
Usar ropa cómoda y bonita en lo posible. Una jardinera bien planchada, un jeans que les quede bien, usufructuar de la armonía en la combinación de colores, etc.
No olvidar comer su porción de comida cada tres o cuatro horas para no producir grasa en la barriguita.
Por último, considerar la duración de su jornada de trabajo. No se explote como si no se quisiera pero, el tiempo que designe debe permitirle concluir la obra sin necesidad de postergarla o abandonar el proyecto.
Nos veremos, cuéntenme cómo les va y qué han hecho. Si no han hecho nada, igual me lo dicen para revisar los métodos y mejorar la entrega.
Primavera la listadota – Santiago de Chile, 28 de octubre de 2016
(*) Primavera Silva Monge es una escritora chilena, traductora de japonés, ex alumna del prestigioso Instituto Nacional de Santiago de Chile, artesana y socióloga por afición. Sus escritos los redacta referidos principalmente a los temas cotidianos imprimiéndoles una dosis de frescura y cercanía que hacen muy fácil su lectura y comprensión. Su género literario favorito es la novela y el relato o cuento corto.