Con que frecuencia uno escucha en el Metro: “si, ya voy, estoy llegando a Mapocho”, (cuando en realidad la Avenida Matta ni aún está en el horizonte). O en alguna cafetería… “no te puedo contestar ahora, voy entrando a una reunión”. O también: “mamá estoy en el colegio, me quedé a ver un partido de fútbol”, (mientras el jovencito pasea por el parque con su amada). Etc.
En fin, es el advenimiento de una nueva herramienta tecnológica… la herramienta del engaño.
En un principio era de gran utilidad para emergencias: “quedé en panne”… “amarra al perro que estoy en la puerta”… “váyanse no mas que no alcanzo a llegar”. Pero ahora aquel uso se ha desvirtuado.
¡Viva la tecnología!
Pero viva el buen uso de ella.