Ayer y Hoy del club "Demos 78" ee Málaga

Nació el Club Demos 78 de Málaga, en 1978, bajo el signo de un cierto y temprano desencanto. Quizás no tanto por el calibre de la desilusión, como por las desmesuradas esperanzas que los firmantes de la Declaración de intenciones habían puesto en la apertura del proceso democrático de 1978 en España, tan ansioso como largamente esperado. Creo que toda larga y apasionada espera política, bajo la ausencia de libertades, produce inevitablemente una tendencia hacia la utopía al privar al pensamiento de la servidumbre de la acción posible. Así, cualquier política en la clandestinidad tiende también a la falta de realismo.

Era noviembre de 1978, hace 37 años, y visto desde 2015 quizás sus fundadores podrían haber sido tachados de poco realistas, porque ¿podría esperarse otra cosa?

Sin desconocer los logros del camino recorrido por el Club Demos 78, aparecen ahora algunos factores añadidos al desencanto de antes e incluso se hayan encendido las luces de otras alarmas que entonces no podían adivinarse porque faltaba la decisiva prueba de llevar el proyecto a la práctica.

En 1978, casi nadie hablaba de la Ética en la política. Quizás porque se pensara que era un valor sobreentendido, que incluso era la ética la que nos llevaba a la política. Pero en cambio, ahora tenemos la impresión de que la ética, o mejor dicho su notoria ausencia, se ha convertido en "el gran problema" y no solo en la política sino en la escala de valores vigente.

FINES DEL CLUB DEMOS 78

Conviene leer los orígenes del Club, a beber en sus fuentes así como a releer la parte de los Estatutos que fija los fines del Club y la que concreta los medios para conseguirlos. Así transcribimos a continuación los artículos 4º y 5º de su normativa:

"Artº 4º.- El Club se propone como fines:

* Agrupar a personas que están interesadas formalmente en el desarrollo político y en la consolidación de la democracia en España, adoptando una actitud constructiva, crítica e independiente.

* Establecer un clima de diálogo sobre los problemas políticos, culturales, sociales y económicos que el desarrollo de la democracia plantea, tanto a la comunidad nacional, como a la regional, provincial o local, a fin de encontrar criterios semejantes para la solución de tales problemas.

* Proyectar hacia el exterior, en la medida que se considere oportuno, las soluciones a que el Club llegue en el análisis de las cuestiones citadas.

Artº 5º.- En la consecución de sus fines, el Club desarrollará las siguientes actividades:

* Reuniones periódicas de sus socios, círculos de estudios así como desarrollo de ponencias.

* Conferencias, mesas redondas, publicación de artículos o comunicados y, en general, cuantos procedimientos brinden los medios de comunicación de masas.

* Cualquier otra que se considere oportuno y sea congruente con las anteriores."

En esta ocasión, observando el momento actual de España en 2015, vamos a concentrar la atención y los comentarios en un par de puntos. Ambos los encontramos en el citado artículo 4º: "Establecer un clima de diálogo sobre los problemas (...), a fin de encontrar criterios semejantes para la solución de..." Este texto incluye varias palabras claves: DIÁLOGO Y CRITERIOS SEMEJANTES,sobre las que vamos a hacer nuestro comentario.

El diálogo

El diálogo -tan necesario para intentar solucionar algunos de los problemas actuales de España- es muy distinto a la discusión, tanto que esta última es una degeneración, máxima, del primero. El diálogo, como conversación plausible, es abierto, antidogmático y antidoctrinario; la discusión suele ser cerrada, dogmática y doctrinaria. Se dialoga con el propósito, de parte de todos los participantes, de buscar la verdad , partiendo del supuesto de que ésta -la verdad- no es patrimonio exclusivo de nadie.

En el diálogo se intercambian ideas y existe un enriquecimiento intelectual mutuo. Cuando se dialoga no se intenta imponerse a los demás con los propios argumentos, sin sólo darlos a conocer por si pueden ser útiles en esa búsqueda conjunta de la verdad. Y no hay que fiarse de las verdades rotundas y de las razones apabullantes, a las cuales se les considera como indiscutibles y definitivas. Es necesario dejar un hueco para la incertidumbre.

La discusión

En la discusión, que de por sí es belicosa, se pretende derrotar a otro y demostrar que no tiene razón o que sabemos más que él. La discusión es una contienda, una pugna, que ensordece a unos y otros, como pasa en algunas tertulias televisivas, y en las que la razón y la verdad se dejan a un lado para tratar de enseñorearnos de la conversación con nuestras "verdades y razones".

Uso de la palabra sin ser interrumpido

Teócrito III de Samos, en el siglo IV a. de J.C., ya decía enfáticamente: "Los sabios dialogan y los necios discuten". El Barón de Montherlant, a finales del siglo XVI, afirmaba: "Un caballero no discute; dialoga o se calla". A principio de nuestro siglo, un discípulo de A. Tocqueville, G. Beaumont, -notable definidor de la llamada "pausa democrática"-, establecía que "no es posible el diálogo si sus participantes no poseen la noble costumbre de saber escuchar". Y Summerson, el gran teórico de la democracia de nuestros días, aseveraba no hace mucho en su último libro: "Una definición más de la democracia nos lleva a afirmar que ésta representa el derecho que tenemos todos, por igual, a decir públicamente "nuestras tonterías", sin necesidad de discusión y sin que nos callen".

Planteado el tema para el debate en las reuniones del Club Demos 78, si se desea intervenir en el mismo, se solicita del Moderador el uso de la palabra, y mientras éste no la conceda no se podrá intervenir, bajo ninguna circunstancia o pretexto.

El Moderador irá concediendo la palabra por turno riguroso en el mismo, con las lógicas excepciones que se pueden suscitar, como puede ser la del "turno de réplica" por alusión, sin que esto sea una regla fija, dependiendo todo del buen criterio del Moderador.

La persona que esté en el uso de la palabra sólo podrá ser interrumpido por el Moderador, siempre que tenga una razón para ello, como puede ser la de solicitar brevedad o concreción, en el caso de que el discurso se prolongue más de los debido o se salga del tema que se debate.

En ningún caso se podrá intervenir en un debate sin la venia del Moderador, que, en definitiva, representa a todos.

El punto de partida del Club Demos 78 de Málaga es la absoluta libertad de expresión, promoviendo el diálogo así como respetando la religión o ideología de sus miembros.

FUENTE:Málaga, Julio de 1982 - Club Político "Demos 78" - Plaza del Obispo,1 - Málaga