El libro, que fue presentado en su día por Fernando Rodríguez de la Fuente en la librería Antonio Machado del Círculo de Bellas Artes de Madrid y en el Ateneo de Santander, es una singular relación, un diálogo entre la vida y el pensamiento, entre la experiencia y la reflexión poética.
Margarita Hernando de Larramendi (Madrid), es filóloga de formación y ha publicado tres poemarios: Las palabras perdidas (y otros poemas), Verbum, Madrid, 2001; L’esultanza della serenità (Soggiorno pisano), ed. bilingüe, Edizioni ETS, Pisa, 2010 y Las siete en Canarias, Verbum, Madrid, 2014.
“Concibo la poesía como una vía de conocimiento, como una experiencia estética y filosófica al tiempo próxima a la sabiduría. Mis poemas surgen de un estado de ánimo espiritual y reflexivo, de la emoción que produce una mirada directa sobre el mundo, receptiva a relaciones insospechadas y liberada de ideas preconcebidas. Para mí, la poesía debe conjugar silencio, musicalidad, condensación… y provocar un impacto en quien la lee. Me gustaría que mis poemas fueran como piedras en un estanque que, sordamente, produjeran un efecto expansivo y retardado que ampliara la conciencia del lector y le ayudara a conocerse a sí mismo y a vivir mejor y más intensamente”, así explica la autora su poética.
Poemas en su mayoría breves, de aparente sencillez y con cargas de profundidad. Para servir el agua/ hay que ser conscientes/ del peso de la jarra, dice en el poema titulado “Hodie et nunc”.
"Ubi sunt" titula con latín otro poema alusivo al papel higiénico.
No es un juego el “luego”/ devasta más que el fuego, escribe en el poema “Y nunca mañanamos”.
En suma, gozo de las palabras y la vida, asombro de la existencia y expresión poética del pensamiento y la emoción.