Cabuerniga, riqueza forestal y paisajística

El territorio de 86,50 kilómetros cuadrados, está atravesado por la carretera comarcal 625, que va desde Cabezón de la Sal a Reinosa y por el río Saja. Dejando a tras el municipio de Ruente llevarnos de compañero el Saja mientras cruzamos Sopeña. En Valle, un ramal a la derecha nos llevará hasta Carmona por una serpenteante carretera que cuenta con dos miradores. Uno, el primero, el de La Vueltuca, con vistas al valle y otro, La Asomada del Rivero, desde el que se contempla una excepcional panorámica de Carmona, ejemplo de arquitectura rural bien conservada, comparable con Barcena Mayor y Tudanca. Sus caseríos son de piedra, con tejados a dos aguas de teja roja, solanas de madera adornadas con flores y fachadas en su mayoría blasonadas. Las callejuelas de Carmona permanecen aun armoniosamente empedradas. Es conjunto histórico artístico.
En Carmona, era tradición la elaboración artesanal del calzado de madera, las albarcas. Allí un monumento en piedra recuerda albarquero más famoso. Destaca en el caserío el Palacio de los Rubín de Celis, propiedad del Gobierno de Cantabria, que antaño fue establecimiento de hostelería, y que ahora, lleva varios años cerrado por culpa de unas interminables obras de reforma para ampliar su capacidad de alojamiento.

Tiene dos poderosas torres de tres pisos y tres arcos rebajados bajo el cuerpo principal. Sobre los arcos presenta un gran escudo que pertenece a los Díaz de Cossío Calderón y Mier. El resto del caserío con sus calles y barrios está formado por edificaciones tradicionales cántabras con floreadas solanas y escudos heráldicos, manteniendo su ambiente de siglos pasados.

Sus caseríos son de piedra, con tejados a dos aguas de teja roja, solanas de madera adornadas con flores y fachadas en su mayoría blasonadas. Las callejuelas de Carmona permanecen aún armoniosamente empedradas.
Desandamos el camino y volvemos a Valle para seguir por Renedo y Fresneda. Atrás, hemos dejado a la izquierda la carretera que cruza el Saja para ascender a Viaña. También, nos podemos llegar al abandonado pueblo de Llendemozó, tomando un vial a la derecha, nada más salvar las aguas del Saja.

Fresneda fue el lugar donde vivió el famoso alimañero “Pepe el de Fresneda”, que cuenta en su haber con la muerte de más de un centenar de lobos. Una estatua al pie de la carretera recuerda este legendario guarda forestal.

En este municipio nacieron ilustres cántabros, como el poeta Manuel Llano, en 1898 en Sopeña, llamado el “Poeta de la Montaña”, y en el pueblo de Valle, en 1845, el naturalista Augusto González de Linares, fundador de la primera Estación para el estudio de la Biología Marítima en España y primer secretario de la Institución Libre de Enseñanza.

La agricultura, y especialmente la ganadería, constituyen el principal sustento de las economías domésticas de los cabuérnigos. Además, con el creciente auge que ha tomado el turismo basado en los atractivos naturales y paisajísticos, junto a la gastronomía, contribuyen a mejorar la renta de sus habitantes.

Dispone de importantes puertos en Palombera y Sejos a donde suben sus ganados a pastar en verano. Es propietaria, junto a los términos de Ruente, Los Tojos y la Hermandad de Campoo de Suso de la Mancomunidad de Campoo-Cabuérniga, que administra una finca de 7.200 hectáreas de aprovechamientos ganaderos y forestales.

Los ganados, conforme manda la tradición, suben en el mes de junio a los puertos, una vez que los de Campoo se han retirado a los suyos de la Sierra de Hijar. La muda es todo un espectáculo, que es seguido por muchos amantes de estas tradiciones.

Precisamente, para rememorar estas tradiciones de la bajada de los ganados de los puertos altos a los pastos próximos a los pueblos, se organizaban en Carmona y en Cabuérniga la “pasá” que es como se conoce el paso de las cabañas acompañadas de sus pastores y perros mastines. En Carmona hace años que dejaron de organizarse y en Cabuérniga el año pasado se suspendió por falta de interés de los ganaderos. Si se conserva la de Cabezón de la Sal, coincidiendo con la “Olimpiada del Tudanco”, el 12 de octubre, y la Fiesta de los Campanos, en Abiada, el primer domingo de septiembre.
Singular es el leguaje popular que se practica en el valle y, más concretamente, en Carmona. Cabuérniga constituye, por una parte, una comarca peculiar con caracteres propios y, por otra, una de las más representativas del tipo medio de toda la región, por guardar, como pocos, las esencias etnográficas y folclóricas. Especial atención merece la antigua y acreditada artesanía de la madera, tanto en la fabricación de carros y aperos de labranza, como albarcas y otros utensilios, así como los tornos y aleros que se emplean para resaltar los elementos arquitectónicos, de sus casonas, que hay profusión por los pueblos del término municipal.

En cuanto a la arquitectura religiosa destacan las iglesias de Carmona, que tiene un retablo barroco, y las de Renedo y Terán, de los siglos XVI y XVII.

Cuenta el territorio con grandes masas forestales en los que habitan el jabalí, el ciervo y el corzo, entre otras especies. En Cabuérniga hay mucha afición a la caza, especialmente, del jabalí, que se persigue en batidas en las que participan monteros con diestros perros de rastro. Entre sus singularidades arbóreas hay que reseñar la castañera de Terán, con añojos y retorcidos árboles, algunos de los cuales se conocen con nombres tan singulares como “Cuatro patas”, “La Olla” o “El Duende”.