Confieso que cuando vi las primeras escenas del video de este bochornoso asunto creí que era una broma. Una chanza de dudoso gusto montado para solaz del público asistente a la medialuna para contemplar luego, ese otro espectáculo también de dudoso interés que es el llamado rodeo o “fiesta nacional” .
Mi siguiente sensación fue de absoluto bochorno y sonrojo: Un grupo de “valientes huasos chilenos” a caballo y en evidente superioridad física y numérica haciendo la “gracia” de lacear a una chica que protestaba a su manera contra el maltrato animal para luego arrastrarla como si de una res se tratara.
Por si fuera poco, la voz en “off” del video y por un altavoz por lo que supongo era un responsable de ese espectáculo decía a viva voz: “sáquenla pa’juera ya que la fiesta es de nosotros”.
Independientemente de lo inadecuada o inoportuna de la forma de protestar de la plataforma contra el maltrato animal a la cual sin duda pertenece la chica agredida, aquí hay varias cosas que llaman la atención y que deberían ser motivo de una reflexión más detenida tomando en cuenta que Chile es ya –se supone-, un país “mayor de edad” y en el cual damos por hecho que algunos rescoldos del pasado –y de triste recuerdo-, ya han sido superados.
Lo primero, la actitud cómplice del resto de “valientes hombres del campo chileno” ante la deleznable actitud del gracioso “huaso” que laceó a la joven víctima.
Seguidamente, la inaceptable reacción del presidente del rodeo chileno para “justificar la actitud de este valiente huaso.
Luego, el tratamiento absolutamente descafeinado que ha dado la prensa local a un hecho de esta gravedad
Y por último, la aparente nula intervención de las autoridades policiales ante una agresión perpetrada a la luz del día en un espacio público y ante (imaginamos) cientos de personas y esto, colegido de la ninguna referencia hecha al respecto por los medios de comunicación locales.
¿Dónde estaban las fuerzas de orden en esos momentos?
Ante un hecho de desorden público y que pueda poner en riesgo la vida de unos y otros, ¿Cuánto tiempo necesita la fuerza policial para intervenir?
¿Por qué esta minimización periodística de un hecho de esta gravedad?
Y por último y según leemos, el valiente autor de esta agresión ni siquiera ha sido inhabilitado para seguir ejerciendo de genuino representante de nuestra chilenidad.
Lo dicho: sonrojo internacional en el bicentenario nacional
Madrid 23 de septiembre (17.40h)