También cabría preguntarse, ¿y que hacía mientras tanto el servicio secreto?... ¿No hay control o identificación previa de quienes asisten a los magnos eventos en este país?... ¿Que podría haber pasado (por ejemplo,) si en lugar de un "trepa" hubiera sido un enajenado mental o un mitómano con ansias de protagonismo, o con ganas de conseguir un lugar en la historia de este país? Peligrosa posibilidad ¿Cierto?...
Antes de juzgar al chaval, sugiero darle el cese definitivo por incompetencia total, a todos los encargados de la seguridad de regias o altas personalidades y a este chico, el gobierno haría bien en contratarle como asesor en las altas esferas para que ayudara (con sus conocimientos y experiencia,) a controlar o neutralizar a los "Francisco-Nicolases" en embrión, que pudiera haber por ahí, intentando hacerse la foto con los próceres de este país, con el avieso propósito de medrar.
Sin lugar a dudas, Francisco Nicolás, el protagonista de esta surrealista historia es, -si no el último-, el más pintoresco de los pícaros de los últimos años y sin duda volveremos a oír hablar de él.