Porto Belo y Blumenau
Nuestro primer destino en esta ocasión fue la ciudad de Porto Belo, situada a sesenta kilómetros de Florianópolis, la moderna capital del sureño Estado de Santa Catalina. Haciendo justicia a su nombre, en este privilegiado lugar se hallan algunas playas que sin duda figuran al nivel de las mejores del mundo. Son lugares paradisíacos, ideales para el baño y el paseo por la mañana o a la caída de la tarde. La excursión en barco a la pequeña isla del mismo nombre es muy recomendable y nos hará disfrutar de una naturaleza que permanece incólume.
Hacia el interior, a menos de 100 kilómetros se encuentra Blumenau. La historia de esta próspera población de más de 300.000 habitantes es la de un éxito. Fue fundada en 1850 por el Dr. Bruno Otto Blumenau, a la cabeza de una veintena de emigrantes alemanes en 1850 y desde entonces no ha dejado de desarrollarse. Son famosas sus fábricas cerveceras artesanales, que son visitables, y más de 150 años después se enorgullece de mantener sus tradiciones alemanas como lo demuestra su festival ‘oktoberfest’, que es el mayor del mundo después del original en la ciudad de Munich.
Balneário Camboriú.
De vuelta a la costa, se encuentra el último vértice del triángulo, la ciudad de Balneário Camboriú. Es ésta una fundación iniciativa del gobierno brasileño en el siglo XIX y que hoy ostenta el título de capital catarinense de turismo, siendo uno de los mejores destinos turísticos de toda América del Sur. Es un espectáculo recorrer los 16 kilómetros y medio de ‘lnterpais’, la carretera panorámica de la ciudad, a través de deslumbrantes paisajes o visitar el complejo turístico Parque Unipais, un desarrollo con más de 85.000 metros cuadrados. Allí hay un teleférico, que sube a más de 1.600 metros y cuenta con el más moderno trineo de montaña del mundo y una enorme tirolina. Por este medio se enlazan a través de las estaciones Barra Sur, Mata Atlántica y Laranjeriras las estupendas playas de Central y Laranjeiras. Otras playas que merecen la pena son las de Taquarinhas, Estaleirinho, de gran belleza natural y Taquaras, con profundas y transparentes aguas. Y si se quiere apreciar en toda su dimensión la belleza de la luz del sol tamizada por los árboles de la Mata Atlántica (el increíble bosque tropical que crece a lo largo de la costa), el lugar para hacerlo son las pasarelas del Pontal Norte, una preciosa área de miradores con vistas a la isla de las Cabras. En cuanto a los monumentos destacados, citaremos dos: la centenaria iglesia de Nuestra Señora del Buen Suceso, principal símbolo del nacimiento de la ciudad y el Cristo Luz, una estatua del redentor de 33 metros que se yergue desde 1977 en el Morro da Cruz a 154 metros de altitud, y que todas las noches se ilumina con un espectacular juego de luces.
En definitiva, estos lugares del sur de Brasil ofrecen al turista una serie de tesoros naturales de primer orden junto a las comodidades de los modernos desarrollos turísticos, conservando, eso sí, todo su encanto. ¡Repetiremos visita!