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Opinión

Philip Seymour Hoffman.

Por Germán Ubillos Orsolich (*)

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
Philip Seymour Hoffman.

A la muerte de Amy Winehouse, Romy Schneider, Rainer Fassbinder, Judy Garland o Marilyn Monroe,  solo por decir algunas estrellas del espectáculo hay que añadir ahora la de Philip Seymour el actor que a decir de Robert De Niro: “Tenía tanto talento y estaba haciendo tantas cosas…tenía tanto por lo que vivir…”

En efecto había alcanzado la fama, desarrollado una carrera extraordinaria, ganador de un Oscar por su interpretación de Truman Capote y de tantas películas de éxito a las órdenes de los más brillantes directores, triunfando en el teatro como recientemente con “La muerte de un viajante” de Arthur Miller en Braoadway, diversificándose con una actividad extensísima, con tres hijos y 46 años, viviendo en el West Villaje de Nueva York, no ha podido escapar a su genialidad y a su propio talento.

Las luces de las marquesinas de Broadway se apagaron una noche en su propio homenaje.  El crítico del New York Times A. O. Scott declaró textualmente: “No solo hemos perdido a un muy buen actor. Tal vez hemos perdido al mejor que teníamos”.

Su novia durante 15 años Mimi O’Donnell declaró haberle visto la última  vez un poco “colocado”.  Como siempre los vecinos, los amigos, los compañeros de profesión han dicho que era encantador, con cierto sentido del humor.

Sus amigos,  conmocionados, repiten que Hoffman había pasado un bache hacía unos meses cuando se metió en una clínica de desintoxicación, pero ahora estaba sobrio como dijo David Katz su amigo guionista quien le encontró tirado y ya cadáver en el suelo del baño, con una jeringuilla clavada en su brazo izquierdo. La policía encontró papelinas de heroína adulterada y más de 20 jeringuillas usadas.

Esta es una realidad de todos los tiempos pero que se da cada vez más en el mundo del espectáculo.  La droga te atrapa, te puede capturar, como el juego o la prostitución. Ocurre cuando la persona lo prueba una y otra vez, y aunque haya sido superado y transcurrido mucho tiempo como ha pasado con el actor sin embargo en algún momento de soledad, de vacío, incluso de éxito clamoroso, te puede volver a cazar. Es como un tigre agazapado detrás de unas cortinas pues en el fondo la decisión de volver es “una decisión intelectual, aunque muy intensa”. Puede estar en el aburrimiento, en el aurrimiento de uno mismo, por supuesto que el dinero en abundancia es un inconveniente muy grande en este aspecto. La adquieren hasta que no tengan ni un ochavo en el bolsillo y aún así en determinados casos presos de la angustia pueden llegar hasta robar o matar por adquirirla.

“Si usted fuera americano sería drogadicto”, me dijo un médico famoso en mi ya lejana juventud. La creación agota pero la fama agota mucho más, te puede agotar hasta acabar con tus nervios, hasta pulverizarte, veamos el caso de Michael Jackson, tenía que dormir como fuera, no podía dormir, a su médico no se le ocurrió otra cosa que dormirle… pero se le fue la mano.

Elvis Presley tenía el buche lleno de pastillas, de píldoras de colores, eso dio su autopsia, antes engordó de una forma tremenda. Tenemos que hacernos cargo de los líderes políticos, quizá aquí en España se hayan relajado dando pelotazos y robando a mansalva, pero en América  y en especial Manhattan, es un lugar  idóneo.  Ni los más íntimos de Hoffman sabían el agujero de drogas y desesperación en el que se había metido en el último año. Junto a las papelinas de droga también había medicamentos para luchar contra su adicción.

Por eso no podemos hacernos ni idea de la lucha y el sufrimiento del actor por sentir que la vida se escapaba de sus manos,  se escapaba su control, quizá se sabía muerto días antes de esa fatídica mañana cuando no acudió a recoger a sus hijos a las nueve como había quedado con su pareja  Mimi O’Donnell.

Su amigo Katz le encontró tirado en el suelo vestido con una camiseta y unos calzoncillos y aún llevaba las gafas puestas.

(*) German Ubillos Orsolich

Nació en Madrid y es Premio Nacional de Teatro. Premio Guipúzcoa de Teatro, Premio Provincia de Valladolid de Teatro, Premio Julio Camba de Periodismo, Premio “Correo Español – Pueblo Vasco” de Periodismo, Premio Ciudad de Zamora de Periodismo, Finalista Premio Nadal de Novela, Guionista de Televisión Española Espacios Dramáticos.

Es autor de varias novelas entre ellas: “Largo Retorno” (Con filme de Pedro Lazaga y música de Antón García Abril) “Proyecto Amenazante”, “Cambio Climático”. “Cambio Climático – Los Supervivientes”, “Cambio Climático – El Retorno” (Trilogía), El viajero de sí mismo”, “Malín”, “La Peste Negra – Vida más allá de las estrellas”, “La calle de los Amores” (biografía), “El hielo de la Luna”, “Los desiertos de Marte”, “La calle de los amores “(Memorias).- Ed. Belgeuse, “ Más allá del Purgatorio (Novela), Ed Belgeuse , “La Infancia Mágica “ (Biografía).- Ed. Belgeuse Es autor teatral y algunas de sus obras son: “La Tienda” (Ed. Escélicer)- Premio Nacional de Teatro, “El llanto de Ulises” (Ed. Escélicer)- Premio Guipúzcoa, “El Cometa Azul”, “Gente de Quirófano” (Ed. La Avispa) Premio Provincia de Valladolid, “Los globos de Abril” (Ed. Escélicer)

Ha colaborado y colabora en los Diarios Nacionales como “A.B.C.”, “YA”, “La Razón”, “Pueblo”, Agencia “PYRESA”, “El Imparcial”, es Abogado y Licenciado en Dirección de Empresas.

 

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