"No me deporten. Tengo un sobrino, es el presidente de EEUU"

Durante alguna de las audiencias, Onyango Obama ha recurrido al nombre y cargo de su sobrino mientras luchaba con éxito frente a la amenaza de ser deportado a su país de origen. "Tengo un sobrino", dijo en una ocasión, "es el presidente de los Estados Unidos".

Onyango es hermanastro del padre del actual presidente, y llegó a Estados Unidos con una visa de estudiante en 1963, cuando tenía 17 años, desde su Kenia natal. Después de que su visa expirara en la década de los setenta, y tras sucesivas prórrogas, en 1986 las autoridades ordenaron su deportación, que fue ratificada tras perder su apelación definitiva en 1992. Sin embargo, Onyango permaneció en Massachusetts.

Mientras continúa haciendo tales promesas a personas cuyos familiares está deportando en números récords, Obama asegura que no tiene poder para detener sus propias políticas. Sólo parece justo preguntar: ¿estás luchando con dureza en realidad?Desde entonces no había actualizado su situación migratoria, que quedó al descubierto cuando fue arrestado por conducir bajo los efectos del alcohol en 2011 en Framingham, Massachusetts, donde reside. Tras admitir los hechos, fue condenado a un año de libertad condicional, asistió a terapias sobre consumo de alcohol y pagó los honorarios.

Onyango contradice la afirmación de la Casa Blanca en la que se defendía que Obama no le conocía. En concreto, el tío del presidente ha asegurado que su sobrino estuvo viviendo con él en Cambridge durante tres semanas, mientras era estudiante en la Escuela de Derecho de Harvard, en la década de 1980.

El juez se ha basado para tomar su decisión en una ley federal de inmigración que permite otorgar la residencia a personas que han vivido en Estados Unidos desde antes de 1972. Curiosamente, Shapiro fue el que en 2010 también otorgó permiso de residencia a otra tía de Obama, Zeituni Onyango, quien estuvo presente en la audiencia de ayer.

Criticas a Obama por el récord de deportaciones

La sentencia favorable a Onyango llega en medio de una encendida polémica por la cuestión migratoria en EEUU. El diario The New York Times, por ejemplo, ha llegado a cuestionar el verdadero compromiso del presidente Obama con los inmigrantes, debido a que continúa deportándoles en cifras récord pese a que promete en público luchar por su causa.

En un editorial titulado Presión y pasividad sobre la inmigración, el diario criticó a finales de noviembre que el presidente asegura estar a favor de luchar por la reforma migratoria; incluso el lunes pasado dijo que va a "pelear" por los inmigrantes "en todo momento". "Pero, mientras continúa haciendo tales promesas a personas cuyos familiares está deportando en números récords, asegura que no tiene poder para detener sus propias políticas. Sólo parece justo preguntar: ¿estás luchando con dureza en realidad?", cuestionó el NYT.

Los organizadores de la acción pretenden que más ciudadanos se involucren en todo EEUU y se unan a su ayuno entre el 1 y 3 de diciembre para pedir al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, que dé marcha atrás y desbloquee el camino hacia una reforma migratoria que regularice a 11 millones de personasObama visitó ayer acompañado de su esposa a los activistas que están en huelga de hambre en el Mall de Washington, donde un grupo proderechos migratorios se encuentra acampado sin comer desde el pasado día 12 para pedir que se apruebe una reforma migratoria integral en el país, y dijo estar "orgulloso" de ellos.

Obama y la primera dama expresaron su apoyo a Eliseo Medina, miembro del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios (SEIU, en inglés), quien ya ha perdido cerca de 10 kilos y está visiblemente más delgado que cuando comenzó, así como a Dae Joong Yoon, director del Consorcio Nacional Coreano Americano de Servicios y Educación.

Los organizadores de la acción pretenden que más ciudadanos se involucren en todo Estados Unidos y se unan a su ayuno entre el 1 y 3 de diciembre para pedir al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, que dé marcha atrás y desbloquee el camino hacia una reforma migratoria que regularice a 11 millones de personas. Dicha reforma es una de las prioridades de la agenda política del presidente estadounidense, pero la fuerte polarización política en el Congreso está obstaculizando que vea la luz.

Fuente: El Confidencial - 04/12/2013