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Argentina - Un Hombre Denunció que su Perro lo Violó

“Testigo” del hecho, amenazado para que no declare
“Testigo” del hecho, amenazado para que no declare

Noticiario Crítico de Carlos Estrada * (desde Buenos Aires)

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h

Parte I

Un Toque de Humor…

Perdón lectores que los distraiga con esta historia estúpida, pero no puedo pasarla por alto. Primero he reído hasta las lágrimas y luego me causó indignación.

Usen la imaginación y me comprenderán. Entre ironías ampliaré breve comunicado de los diarios: parece que esta semana un individuo llegó al hospital “Delicia Concepción de Masvernat” en Concordia, provincia de Entre Ríos, y pidió ayuda médica, relatando que estaba en su casa (posible barrio Nebel) “con ganas de ir al baño” y lo encontró ocupado, entonces se dirigió al patio (se habría puesto en cuclillas o posición “pecadora”) y trató de hacer ¿pis? no, no es mujer, la otra explicación que queda es habría querido hacer caquita y sintió (en el campo de lo supuesto) que “le respiraban en la nuca”, es decir, lo sorprendió un “musculoso” perro Chihuahua y fue “ingresado por la fuerza”, (entiéndase: violado por su sátiro y “degenerado” can).

Mentalmente fui montando la novela. Para ser revisado por un preocupado médico, provisto de linterna de largo alcance y gigante lupa, tuvo que respirar profundo, permanecer en camilla acostado boca abajo y abrir las piernas (por supuesto, antes le bajaron los pantalones). Seguramente varias enfermeras observaron incrédulas y se miraron sonrientes.

Se habría comprobado (conforme a pequeño trascendido de prensa), que tenía algo así como rotura del orificio anal y desgarros internos. ¿Un monstruo de descomunales dimensiones se apoderó de su cuerpo? ¿pudo ser un perro Gran danés, un Mastín Napolitano o un San bernardo? Algún día la historia revelará el enigma.

El médico no sabía si coserlo con hilo de atar paquetes o llamar a la policía y decidió lo último; la policía habría llamado a un fiscal penal de turno y (hago volar la imaginación) enterado del extraño episodio el funcionario salió corriendo para cumplir su deber, tal vez con la camisa en una mano y lápiz y papel en la otra en dirección al sanatorio, organizando en el camino las medidas a tomar. En primer lugar obtener las muestras de semen que el buen señor tuviera entre  (…) y determinar en una costosa investigación (¡país generoso!) si el autor material fue un conejo instigado por un gato o si un vecino aburrido abusó del presunto “sexy” paciente  (¿“trolín” tal vez?), posteriormente efectuar procedimientos.

El representante del Ministerio Público, ante un delito de estas características -“agravado por el vínculo”-, se sacó la venda de los ojos y, considerando que el caso era “serio” y urgente, viendo “sufrir” a la pobre víctima debido al salvajismo de su lascivo perrito, ordenó que la policía allanara el domicilio del herido y detuviera al animal para interrogarlo hasta conocer la verdad.

Al llegar los patrulleros con decenas de policías armas en manos y rodear la manzana (sigo dentro de la óptica humorística), comprobaron que el perrito se había dado a la fuga dejando una nota que abandonaba el hogar “por no sentirse correspondido”, pero llamó la atención un gatito rubio temeroso cerca de una ventana y una señora del barrio habría gritado  ¡él sabe lo que ocurrió! ¡fue testigo!, otra mujer que estaba con ruleros y chancletas, lo defendió: ¡lo amenazaron para que no hable! ¡yo saqué fotos desde mi balcón!, lo que derivó en la búsqueda de posible red de involucrados y siguiendo datos reservados de vecinos que cruzaban acusaciones agitando plumeros y escobas, descubrieron que un habitante de chalet de la zona (enorme fisicoculturista de casi dos metros de altura y 125 kilos de peso) había escapado "del teatro de operaciones"; las malas lenguas dicen que el gigante lo miraba con “cariño” al damnificado y cada vez que éste pasaba caminando le decía palabras dulces por sus “provocantes movimientos de caderas”.

La historia suena a ridícula y a broma de mal gusto, noticia resumida que hace dudar, por eso la analizo con humor al intuirla sin veracidad y como también me desagrada que acusen -en serio o en broma- a un perro por una posible violación, le  pongo condimento al tema, no lo dejo flotando como un “chisme de conventillo” y lo encaro con merecida ironía y la necesaria seriedad final.

Debo aclarar que no está en mi forma de ser burlarme de alguien que fue abusado sin consentimiento o con consentimiento, pero reitero, como sostienen que hay un perro “culpable”, mi comentario no puede ser suave sino de contenido crítico.

Respeto a todos los seres vivos que sufren por culpa de otro, además no discrimino porque Dios no nos puso en el mundo para decidir, pensar y actuar todos iguales, lo importante es vivir con dignidad (ricos y pobres) y transitar caminos transparentes sin vulnerar derechos ajenos.

Parte II

Cuando por Cobardía o lo que fuere se Afecta a un Animal, salgo al Ruedo

No es un caso de zoofilia, tal vez hubo “mariCanmanía” (acabo de inventarlo), un acto descarado y sinvergüenza acusar a un perro de un hecho imposible. ¿Puede sentirse un orgulloso representante del género humano quien inventa tremenda barbaridad?

Con igual ligereza podría decir que este señor no aceptó costuras porque no podrá jugar en otra oportunidad al “teto” (si te aga…te la…) con otros perros o con amiguitos.

Estoy enojado ¿se nota? Señores, los perros no violan personas y si instalan estas versiones descabelladas en la gente se tejerán feas creencias en los adictos al “corre, ve y dile” y donde hay perros las madres pondrán ropa de metal a sus hijos y los padres abusadores culparán a los animales. Por supuesto, si acostumbran a hacerle “cositas” a un animal lo pondrán “cargoso”, nada más. En casos aislados, los cachorros se prenden en las piernas y realizan movimientos de picoteo de "pirulín", que superan al crecer y si continúan hay que sacarle los vicios con enseñanza sin castigos. 

Existen anécdotas acerca de mujeres francesas que habrían usado a la raza Ovejero alemán y Dóbermann  -presuntamente en las décadas del ‘40 y ’50-, para satisfacer sus “instintos femeninos”. Los enseñaban, acomodaban y ayudaban, concretando propósitos de tipo sexual.

Sé de un caso en la provincia de Buenos Aires de hombre que murió por tener sexo con un caballo; una mujer dedicada a la equitación fue internada grave y operada por relación (no “sentimental”) con equino y todos los años hay denuncias en Argentina y alguna persona detenida por violar perros, vacas, ovejas, gallinas y otros casos repugnantes protagonizados por individuos psicológicamente enfermos.

No he leído respecto a condenas judiciales en hechos comprobados, lo que significa que a numerosos jueces no les interesaría aplicar el derecho porque al ser lastimadas colas “de animales”, se daría rienda suelta a la impunidad debido a que las víctimas no tienen voz para quejarse.

Años atrás intervine en la investigación y ayudé a detener a un individuo joven que, en elegante avenida céntrica se sentaba en frente a edificios exhibiendo un bolso donde asomaba la cabeza una perra mediana, débil y siempre inmovilizada, la había afeitado alrededor de sus genitales y le encintaba la cola en la parte de arriba; el inocente animal era violado en presencia de señoras en una plaza cercana donde jugaban niños y la Policía Federal de jurisdicción hacía la vista gorda, razón por la que lo seguimos con personal de otra dependencia oficial.

Sometida a exámenes veterinarios la perra, se comprobaron lesiones anales y vaginales, fue derivada a un centro privado de recuperación que propuse y me convertí en su protector, visitándola con mi novia. Le proporcionamos alimentos, vitaminas, etc.; médicos del lugar le curaron ciertas infecciones y la demodeccia (grave problema en la piel con progresiva pérdida de pelaje, que puede estar acentuado por el estrés), mejoró, nos alegramos y después su frágil cuerpo no soportó seguir funcionando y murió.

Recuerdo que en la detención del violador se presentó una bella abogada, novia del “indigente” (?) y habló conmigo. “Es de buena familia, tiene problemas con los padres y por eso vive en la calle”, pensé… ¿habrá querido violar al canario y también a su abuela?, después justificó: “está muy solo y no lo entienden, quiere mucho a su perra y es cariñoso conmigo, lo voy a defender”.

Respecto a este tipo de hechos hay vacío legal. La Ley nacional Nº 14.346 que reprime los Actos de Crueldad a los Animales no contempla el abuso sexual, es una ley vieja y sin fuerza. Es más, los jueces no la aplican ni ante caballos enfermos y heridos tirando carros frente a sus juzgados, por otra parte el Código Penal de la Nación tampoco cubre el problema, sólo hay un capítulo acerca de “Daños”:  “…el dañare una cosa mueble o inmueble o un animal…”, lo que es aprovechado por varios funcionarios (en todo el país) para ignorar el maltrato animal.

Si los magistrados se ocuparan de estudiar detenidamente estas causas, podrían sostenerse en alguna figura legal (aunque no sea precisa y contundente) y sancionar a los acusados por faltas que van paralelas al hecho puntual, es decir, sin entrar en abuso de autoridad podrían encontrar elementos útiles para aplicar el derecho. Conste que conozco bastante del asunto.

Parte III

Conclusión

La actuación de oficio del ministerio Público en este caso nada resolverá, será un trámite burocrático entre miles y gastos innecesarios de dinero de arcas del pueblo.

El hombre pudo ser lastimado por un humano amigo (o “cliente”) y luego disfrazar todo para encubrirlo. No estoy insultando ni insinuando cosas terribles, es moneda corriente este tipo de relaciones escandalosas, están a la vista en plazas en horas de la noche y se escucha en edificios de propiedad horizontal donde se ha perdido el respeto por los que hacen vida normal y ordenada, resultando repudiable que se acuse falsamente a un animal que no puede declarar, de manera que “sarna con gusto no pica” y no merecería asistencia a legal, salvo haya sido amenazado y esté con miedo, igual no se puede aceptar que atribuyan una violación de perro a humano.

Una entidad proteccionista con personería jurídica y la colaboración de un abogado inteligente podrían accionar en forma hábil entablando demanda, si toman como bandera que el individuo con presunto desvío sexual (no es cuestión de discriminar sino apoyarse en la falsedad de la acusación contra animal que sería ajeno a un acto amoroso y violento realizado con otra persona) no estaría capacitado para criar perros en su domicilio ni tener contacto con otros por un prolongado tiempo, medidas que la justicia puede ordenar, incluyendo complementarias.

Con opinión formada al respecto y sin encontrar información completa de este caso, hice algunos llamados a teléfonos de autoridades que conozco desde muchos años y obtuve interesantes respuestas. Un psiquiatra perito forense de primer nivel que se encuentra de paso por Madrid, expresó: “el individuo sería un mitómano, un perverso que no encontró razón para decir la verdad ante los médicos y acusó a su perro como violador”. Un prestigioso ex juez nacional de Ejecución  Penal y profesor de la Facultad dijo: “el expediente terminará en nada porque este señor (el presunto damnificado) no está obligado a declarar contra sí mismo, menos en un delito de índole privada”, “no se explica el argumento usado en la consulta médica”. Después hablé con un renombrado juez (penal) de Garantías de la provincia de Buenos Aires que afirmó: “el hecho no constituye delito”, “la causa pronto será archivada”.

Y colorín colorado, el cuentito del hombre “bueno” y el perro malo... ha terminado.

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Carlos Estrada  *escritor, periodista de investigación, dedicado a actividades ecuestres, entendido en comportamiento y técnicas de rehabilitación animal, asesor de centros de crianza y enseñanza y proteccionista independiente de fauna salvaje con trayectoria pública desde 1970.

Buenos Aires, Argentina, 26 de octubre de 2012.

Nota: la fotografía copiada por el autor podría tener defectos, pero no pierde valor como ilustración humorística.

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