En el mismo artículo están las declaraciones de tres legisladores. Senador E.S. de la Unión Cívica Radical: “Las internas en el ministerio de Seguridad es el peor escenario…”. La diputada P.B. habría expresado: “La relación policía-banda delictiva genera una total desprotección del vecino y además una mayor responsabilidad del Ministerio”, “la culpa no es del vecino”. La diputada M.S. respondió: (...) "ha perdido poder a manos de su secretario de Seguridad que más bien parece un parapolicial al mando de procedimientos ilegales”.
El tango “Cambalache” de Enrique Santos Discépolo, año 1935, encaja en nuestra sociedad como fuente de verdades (sugiero buscar la letra). La Biblia sigue junto al calefón aunque digan lo contrario.
Respeto profundamente investiduras, pero todo esto suena a cuento para niños. Han demostrado total desprecio por las personas que eligen vivir en orden, transparencia y seguridad sin aceptar encasillamientos políticos, los que son burlados, subestimados y presionados. Si hay “ciudadanos que pagan” es por coacciones y temor, no para fomentar la corrupción; el “control sobre las fuerzas de seguridad” será para tenerlas cada día peor y no para cortar las folklóricas irregularidades; el vecino no puede ayudar porque si acusa será blanco de venganzas, encontrará trabas en la justicia porque no hay independencia y sufrirá diversos perjuicios por rebelarse a un marco establecido, por eso callan y salen a la calle (supuestamente sin otras intenciones) a golpear pacíficamente sus cacerolas y reclamar que los escuchen, indignados por dobles discursos, presuntos abusos de autoridad y corrupción, inseguridad, impunidad, arbitrariedades, etc., pero la semana pasada públicamente recibieron presiones por haber protestado y existiría temor. No he participado en marchas, no tengo amistades que hayan concurrido, entiendo las necesidades del pueblo, no comulgo con clases políticas y no sirvo a intereses ajenos a mi formación desde la cuna.
Realidad innegable: Buenos Aires no sobresale en Latinoamérica por la vida tranquila de sus habitantes, es el reino del terror; ¿gran despliegue policial? tal vez en una película norteamericana, aquí las diferentes jurisdicciones -incluyendo el centro-, son tierra de nadie y los delitos imparables; ¿tecnología al servicio de la lucha contra el delito? que vengan de otros lugares y vean esa "seguridad" en las calles y la “tecnología”; que recorran la ciudad, en especial después de las 20 horas, que cuenten cuántos policías encuentran de servicio, que hablen con el público en barrios céntricos y también alrededores. La sociedad “está violenta” porque la están formando en anarquía; al flagelo de las drogas se suma el alcoholismo en los jóvenes y está a la vista de autoridades (muchas proponen “marihuana libre” y despenalizar la tenencia para consumo personal); ¿lucha contra el narcotráfico? bueno, sin comentarios.
Conste que quisiera ver un país optimista, alegre, sin tanta miseria material y moral (no generalizo), con menos cordones de pobreza, sin impunidad para los que tienen poder, que el que piensa diferente no sea perseguido, que frenen la corrupción y haya buenos ejemplos, que se preste atención al Código de Ética en la función pública y a la vez que ningún ciudadano ponga palos en la rueda a otros, que el país logre salir del subdesarrollo y se terminen los odios y divisiones entre hermanos. En lo personal hago votos para que Dios ilumine a los gobernantes de cualquier línea política y los haga sensibles, altruistas, sin soberbia, confiables, honestos, imparciales, desinteresados, que no haya enriquecimientos ilícitos ni abusos de autoridad, que florezca el sano patriotismo y no el violento patrioterismo, que sean amados por actos transparentes, de generosidad y por sembrar la paz, que las generaciones futuras puedan desarrollarse sin rencores inculcados, que encuentren una nación grande y admirada por los países del primer mundo ¿deseos equivocados?
Seguramente hay mujeres íntegras y hombres éticos detrás de escritorios públicos, seguramente hay policías dignos, jóvenes sin vicios dedicados al estudio, empleados cumplidores, padres sensibles, obreros honestos, profesionales incuestionables, pero lamentablemente no abundan, algo impide que brille la esencia buena, tal vez porque el país ha sufrido durante décadas duros desencuentros y feroces rivalidades internas por ambiciones desmedidas de inescrupulosos y las mezquindades han formado raíces, afectado comportamientos y aumentado deseos de revancha, algo así como todos contra todos, a la defensiva.
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Carlos Estrada *escritor y periodista de investigación con documentada trayectoria pública desde 1970.
Buenos Aires, Argentina, 20 de septiembre de 2012.
Nota: no me interesa la política, estoy despojado de fanatismos, escribo desde una posición neutral, no permito que en mi presencia hablen mal de un funcionario oficial, respeto y no daño a mi prójimo, llevo vida pacífica, defiendo los derechos de los animales maltratados y trato de vivir con honor. El 3 de septiembre pasado, después de las tres de la madrugada, tuve que salir con mi novia a buscar una farmacia y llevamos a uno de los perros (entrenado, muy fuerte y poco "tolerante"); en una calle poco iluminada frenaron en doble fila dos automóviles y bajaron ocho individuos con ropa deportiva, entre 25 y 35 años de edad, dos tenían palos en las manos, pude evitar que dañaran a mi novia y desvié golpes, escaparon al no poder concretar el robo o lo que fuere y en la retirada uno exhibió un arma de fuego desde ventanilla cerrada. Feo momento por ausencia de policías en las calles, mi acompañante (mujer dulce) tuvo una crisis de llanto minutos después, no consideramos necesario hacer denuncia porque es perder tiempo, no lo hacen figurar en estadísticas, nadie investiga ilícitos, además no sufrimos daños; estos hechos son a cualquier hora, en todos los barrios y alarma la impunidad. No es la primera vez, en ocho años fueron innumerables las tentativas violentas de robo padecidas en la vía pública, todo les interesa.. celulares, bolsos de gimnasia, cachorros de raza, etc., incluso al ingresar con ella a edificios en dos ocasiones, también en el hall de la vivienda, una puñalada leve y golpe con objeto contundente en una estación de subterráneos al sacarle de encima cuatro malhechores a una turista y su niño que estaban tirados en el piso. En todos los casos no radicamos denuncias por el vacío legal existente. No atribuyo toda la responsabilidad a las autoridades de turno, este mal tomó fuerza hace una década aproximadamente, entristece que la situación no mejore.
Si (
No(
