José Ramón Meiriño, desveló que el Pleno del Consejo Regulador, otorgó la calificación de “muy buena”, a los vinos del pasado año. Los Albariños, fueron analizados en catas ciegas por 44 catadores expertos del Panel de Cata del Consejo Regulador Rías Baixas, garantes de la confidencialidad y anonimato de las muestras. Dentro del Panel de Cata son necesarios un mínimo de cinco criterios, para dar validez a los rigurosos análisis organolépticos de las muestras.
Los Rias Baixas, son los vinos blancos de calidad, más valorados fuera de nuestras fronteras, y han recibido más de un centenar de galardones en concursos nacionales e internacionales.
José Ramón Meiriño, precisó en su alocución a los ‘media’, que “uva y terroir se unen, para dar origen a unos vinos diferenciados y únicos: los Rías Baixas”
Ramón Huidobro, añadió, que “los Rías Baixas Albariños, de la Añada 2010, son unos vinos que requieren un mayor tiempo de maduración en botella y que muestran una mayor complejidad”.
Respecto a la afirmación de Huidobro, sobre la mejora que experimentan estos delicadísimos blancos tras un tiempo de crianza en botella, deseo sumarme a su opinión, y desmentir la errónea creencia (leyenda urbana), de que los vinos de uva Albariño siempre hay que tomarlos jóvenes, como la mayoría de blancos que no hayan pasado por madera. Desde luego que los Albariños, jóvenes, tan plenos de fruta, están extraordinarios, con todos los atributos característicos del noble varietal. Porque debido a su acidez, y características de terroir – si las elaboraciones son de calidad -, la maduración en botella les otorga una complejidad, que entusiasma a los amantes de esta singular casta (entre los que me encuentro). Participé hace un par de años, en una de las jornadas de cata celebradas dentro del certamen MadridFusion, que dirigían mis amigos Bartolomé Sánchez, presidente honorífico del Grupo Opuswine, y J. Gurucharri, presidente de la Unión de Catadores de España. El Panel de Cata estuvo compuesto por expertos de varias nacionalidades, y se probaron distintas añadas, de un número importante de bodegas, de la D.O. Rias Baixas. Todos fueron Albariños de añada, sin paso por madera - algunos con varios años en botella -, que nos asombraron, por su complejidad aromática y gustativa. La prueba constituyó un éxito absoluto. Queda dicho.