El estudio revela que un tercio de las especies de la muestra no son lo suficientemente conocidas para realizar una evaluación de conservación, además, de las casi 4.000 especies que se han evaluado, una quinta parte están clasificadas como amenazadas.
El trabajo se basa en gran parte en la información botánica que se conserva en Kew y que incluye unos ocho millones de plantas conservadas y especímenes de hongos; en especímenes conservados en el Museo de Historia Natural de Londres; en datos digitales de otras fuentes y en una red de colaboración mundial.
Según señala Stephen Hopper, director de los jardines botánicos reales de Kew, "este estudio confirma lo que ya sospechábamos, que las plantas están bajo amenaza y la principal causa es la pérdida de hábitat inducida por el ser humano. Por primera vez tenemos una imagen global clara del riesgo de extinción de las plantas del mundo. El informe muestra las amenazas más importantes y las regiones más amenazadas".