¿Reelección o planes de Estado?

Veo que el señor Hugo Chávez ganó en la puja venezolana por volver a ser candidato para el cargo presidencial de su país. Los gobernantes cuando toman el poder ya no quieren soltarlo. Así es el poder allí, en mi país, en todo el mundo y en todo tiempo. Todos los presidente que después de Alfredo Ströessner se sentaron en el sillón de López en el Palacio de la calle El Paraguayo Independiente en Asunción han procurado la reelección, en posición a lo que dicta la Constitución paraguaya.

Se me ocurre pensar que un país no crece exclusivamente porque un presidente es reelegido, ni que los planes de gobierno se cumplen solamente cuando un presidente es reelegido. Me parece que semejante premisa es una barbaridad.

Lo que sí creo es que si existen planes de Estado esos se cumplen así venga quien venga a ocupar el cargo presidencial. De esto saben mucho los que administran el Brasil desde el Planalto y también lo saben los norteamericanos. Lo saben y lo cumplen. Los brasileños, por ejemplo, saben que no deben ceder en las negociaciones con Paraguay sobre el Tratado de Itaipú. Y no ceden un ápice. Los estadounidenses dicen que aplicarán tal política contra el tráfico de drogas y lo aplican así sea un republicano o un demócrata en la jefatura en Washington, en el año 1980, en el 2009 y, probablemente, en el 2030.

En los últimos días se publicó en la prensa paraguaya que una obra de Nicanor Duarte Frutos, el anterior presidente paraguayo, está abandonada a pocos kilómetros de Asunción, en el Chaco, porque ya no está él en el gobierno y que éste, presidido por Fernando Lugo, no lo tiene como parte de su gobierno. No importa la pérdida, total el dinero es de los 6.000.000 nomás.

Entonces estamos más bien ante gobiernos personalistas, egoístas, de compartimientos estancos carentes de la sensibilidad de los verdaderos planes de Estado, en el área que fuere.

Pienso que en el Paraguay, como en varios países latinoamericanos falta la sabiduría capaz de hacer proyectos estatales capaces de transponer el tiempo. Un programa que sea útil para el 2050, para el 2150. Nuestros planes son de cinco años (tiempo que dura un presidente en el poder), planes ajustados a la persona electa y no al país.

Sintetizo: voto porque tengamos planes de Estado para una y dos generaciones adelante, si es posible y que los presidentes electos no sean sino los ejecutores de aquellos planes.