El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) suspende al juez Baltasar Garzón

El miércoles, el magistrado del Tribunal Supremo Luciano Varela había dictado la apertura de un juicio oral contra el "superjuez" por supuestamente incumplir las obligaciones y los deberes de su cargo al indagar -sin tener competencia para ello- las desapariciones durante el franquismo.

El juez, quien ganó fama mundial por perseguir al ex gobernante de facto chileno Augusto Pinochet, dejó el edificio de la Audiencia Nacional en llanto y entre los aplausos de compañeros y otras personas.

La legislación española prohíbe llevar adelante crímenes cometidos hace más de 30 años. Según explicó en una conferencia de prensa la portavoz del CGPJ, Gabriela Bravo, la suspensión de Garzón fue adoptada por unanimidad.

Este viernes, el mismo órgano decidirá también si aprueba o no la solicitud del magistrado de ser trasladado al Tribunal Penal Internacional (TPI), en La Haya, para ocupar un puesto de asesor del fiscal jefe, el argentino Luis Moreno Ocampo.

Garzón fue juzgado por su desempeño en una causa que inició en 2008 para investigar desapariciones de personas durante la Guerra Civil española (1936-1939) y el posterior gobierno militar de Francisco Franco.

Sostuvo que, por ser crímenes contra la humanidad, esos casos estaban excluidos de la ley de amnistía aprobada por el Parlamento en 1977 y eran delitos vigentes.

Su decisión fue desafiada por Manos Limpias, una organización de derecha que denunció que Garzón se excedió al investigar crímenes cubiertos por la ley de 1977.

Esa ley fue considerada como una decisión necesaria para lograr una transición exitosa del régimen militar a la democracia, al amnistiar a los responsables de crímenes cometidos por ambos bandos.

El juez ha generado atención mediática al tocar temas sensibles como los crímenes de los gobiernos militares argentino y chileno (incluida su orden de detención contra Pinochet), intentando procesar a Silvio Berlusconi en Italia, o solicitando la detención del propio Osama Bin Laden.

En España su estela de justiciero se ha centrado en casos como el acoso al grupo ETA, los GAL (grupos paramilitares surgidos en la época del socialista Felipe González) y el destape de tramas de corrupción como la reciente "Gürtel", que empantana a buena parte de la derecha española.

El caso de Garzón está removiendo temas hipersensibles en la sociedad española como la Guerra Civil y el franquismo. Y el proceso por prevariación tiene indignada a una parte de la sociedad.

De hecho, se han realizado manifestaciones en apoyo al juez y su investigación de los crímenes del franquismo. En decenas de ciudades españolas y en varias del resto del mundo se realizaron protestas bajo el lema "Contra la impunidad del franquismo".

Suspensión cautelar
El juez español Baltasar Garzón fue suspendido cautelarmente este viernes de sus funciones como magistrado, a la espera de que se celebre el juicio en su contra por una fallida investigación de los crímenes del franquismo.

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), órgano de gobierno de los jueces en España, decidió por unanimidad suspender a Garzón, que de forma automática queda apartado de todos los casos que investigaba en la Audiencia Nacional española.

Minutos después de conocerse el veredicto y a escasos metros de la sede del CGPJ en el centro de Madrid, decenas de trabajadores del juzgado de Garzón se congregaron en la puerta de la Audiencia para despedirlo entre aplausos.

La decisión, aunque esperada, supone un duro golpe para un magistrado que goza de gran prestigio internacional por su empeño en perseguir delitos de lesa humanidad en todo el mundo. Aunque la suspensión es sólo cautelar, muchos analistas entienden que este paso pone un punto final a la carrera del juez que puso contra las cuerdas al ex gobernante chileno Augusto Pinochet y contribuyó a esclarecer crímenes en países como Argentina.