Una bella venezolana conquista el cetro de Miss Universo, para variar

Stefanía Fernández, de 18 años, se ha convertido en la sexta venezolana en conquistar el título de Miss Universo en la ceremonia que se celebró el domingo pasado en el complejo hotelero Atlantis de Paradise Island (Nassau, Bahamas). Stefanía sucede a su compatriota Dayana Mendoza, Miss Universo 2008.

Es la primera vez en la competición de Miss Universo que la candidata del país que ganó el año anterior se alza también con el título de la mujer más hermosa del planeta. Venezuela, sin embargo, comienza a convertirse en un valor fijo, ya que a lo largo de los 57 años de historia del certamen de Miss Universo es, con seis coronadas, el segundo país con más ganadoras. El primero es Estados Unidos, con siete y Puerto Rico, con cinco, ocupa la tercera posición.

Tras dos horas de espectáculo, emoción y nervios, Miss Venezuela se impuso a otra latina, la dominicana Ada Aimee de la Cruz, de 23 años, que, finalmente, fue elegida primera finalista. La representante de Kosovo, Gona Dragusha, de 18 años, quedó como segunda finalista. Por detrás, tercera fue la australiana Rachael Finch, de 21 años, y cuarta otra latinoamericana, Miss Puerto Rico, Mayra Matos Pérez, de 20 años.

La representante española, la coruñesa Estibaliz Pereira, no llegó a ese último corte.

Miss Universo 2009, una morena de ojos marrones, 1,77 de estatura y pelo castaño, se había colocado entre las favoritas de los visitantes del sitio web de Miss Universo. Preguntada en la gala por el jurado sobre los obstáculos que encuentran las mujeres hoy en día para alcanzar puestos de dirección en las empresas, dijo que las «mujeres han superado muchos obstáculos y han llegado al mismo nivel que los hombres». «Ya no existen fronteras entre los hombres y nosotras», aseguró.

Para el magnate estadounidense Donald Trump, copropietario del certamen Miss Universo, el grupo de aspirantes al título de esta edición es «probablemente el mejor que ha visto en los últimos doce años». Se trata del «grupo de mujeres más guapas que he visto nunca», expresó con entusiasmo en la alfombra roja poco antes de que comenzase el certamen de coronación.

La nueva Miss Universo tendrá a su disposición un apartamento en Nueva York durante su reinado y recibirá una beca por valor de más 100.000 dólares para estudiar en la Academia de Cine de Nueva York.


Venezuela: una auténtica fábrica de bellezas

No basta con tener medidas de 90-60-90, ni una dentadura perfecta de anuncio dentífrico, ni una altura de 1,78, ni ser fotogénica. Estos atributos no son suficientes si no se posee además carisma, inteligencia, cultura y disciplina, lo que selló el triunfo de Stefanía Fernández Krupij, la segunda venezolana que recibe la corona del Miss Universo de manos de otra venezolana

La nueva reina del universo, de 18 años de edad, ha hecho historia en el concurso de belleza internacional, celebrado este domingo en Nassau, Bahamas. Ha marcado un hito en la franquicia del magnate Donald Trump pues es la primera vez que una beldad corona a otra de la misma nacionalidad. El cetro se queda en casa, en este caso en Venezuela.
«Era casi imposible que ganara, y para que ella lo lograra hizo un trabajo excelente», dijo la bella Dayana Mendoza, quien también coronó a Fernández el año pasado cuando ganó el Miss Venezuela, representando al estado andino de Trujillo.

Las dos chicas no se lo podían creer. La emoción hizo tambalear a Mendoza, lo que le hizo caer la tiara de sus manos. Al coronar a la nueva reina, «le dije: “bruja”, lo lograste, y le di una nalgada», entre risas de alegría.

Stefanía Fernández Krupij nació el 4 de septiembre de 1990 en la andina Mérida y es modelo profesional. Es la menor de tres hermanos de padre español, empresario, y madre, farmacéutica, descendiente de rusos, ucranianos y polacos, que inmigraron a Venezuela en la década de los sesenta.

Su padre Carlos Fernández, un industrial maderero, fue secuestrado en el año 2005 en Barinas, estado llanero de Venezuela, lo que la hizo madurar de golpe.

La prueba de fuego es la pregunta que le hacen en el certamen a las cinco finalistas con el contador a cero. A Fernández le preguntaron cuál es la diferencia entre hombres y mujeres en el mundo empresarial. «Yo creo que hoy en día todas las mujeres hemos superado bastantes obstáculos y pienso que ya hemos llegado al nivel de los hombres. Tenemos que darnos cuenta que no existen fronteras entre nosotros».

La fábrica de bellezas

Con este triunfo, Venezuela, un país donde abundan las escuelas de modelo y donde la clase media sueña con subirse a una pasarela, consolida su fama internacional por la belleza de sus mujeres. El país luce el envidiable récord de haber ganado seis Miss Universos y cinco Miss Mundos, además de innumerables Miss Internacional. Osmel Sousa es el gran gurú de las candidatas venezolanas. Es el padrino, el asesor, el ojo, el juez, el consultor, el arquitecto de los concursos de belleza. No le quitó el ojo a Stefanía Fernández ni un minuto en Bahamas. «Se me cumplió mi sueño: el de que una venezolana coronara a otra venezolana. Lo logramos. Stefanía ha sido muy disciplinada. Siempre obedeció a toda nuestra instrucción», exclamó desde la sede del concurso.

En el centro financiero de la exclusiva urbanización caraqueña de El Rosal funciona la sede del Miss Venezuela donde se organizan los concursos de las candidatas. Esta es la fábrica de las bellezas, que es patrocinada por el canal Venevisión del Grupo económico Cisneros.

En la quinta Miss Venezuela funciona el laboratorio donde moldean las bellezas al patrón universal. También está el despacho de Osmel Sousa, quien convoca por la prensa cada año en septiembre la audición de las candidatas, cuya selección se hace mediante un jurado especializado en modelaje, maquillaje, pasarela, dicción y animación.

La organización del concurso hace una previa selección de 25 a 26 chicas por cada estado o región del país que van a representar hasta que llega el gran día del concurso que acapara la atención de todo el país por el canal Venevisión. Las candidatas deben someterse a un riguroso y exigente período de preparación de 5 y 6 meses, durante los cuales se someten a ocho horas diarias de gimnasio, baile, dieta, cultura general, desfile en pasarela, contacto con la prensa, oratoria, hablar ante los medios de comunicación, adquirir soltura y pérdida del miedo escénico.

También deben pasar por el bisturí del cirujano en casos de que lo necesiten, por ejemplo, ponerse siliconas en los pechos, rebajarse los michelines y otras pinceladas. También la consulta con el odontólogo para lucir las sonrisas perfectas. Las chicas deben contar con el apoyo financiero de su familia para costear todos estos gastos, además del traje de gala y los honorarios del cirujano.

Por tradición los venezolanos ven con simpatía el concurso de belleza, que en otra parte estaría sería catalogado de frívolo y poco importante. Lo resaltante del país es que ha ganado tantas coronas porque el tema de la belleza se lo toma en serio y lo fabrica en serie. Cada reina que gana un concurso internacional es recibida con bombos y platillos como heroína nacional. Y es que las candidatas sueñan con ser reinas aunque sea una vez en su vida.