La boda acabó convirtiéndose en un funeral. "Tengo una sorpresa", dijo en mitad del banquete. Y sí que lo fue. Sacó una pistola y disparó mortalmente a su reciente esposa y al padrino, su mejor amigo. Después se pegó un tiro en la cabeza.
Todo indica que Rogerio tenía muy pensado lo que iba a hacer. Había escondido el arma en el vehículo de su padre, que junto con el resto de los invitados, fueron a una boda y acabaron en un funeral.
La policía que investiga el suceso no quiere especular con el móvil, aunque se habla de una posible infidelidad de la novia. Por supuesto, con el padrino. Un reciente matrimonio que la muerte separó antes de lo previsto.