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El periodista Plutarco Schaller, actualmente en Cuba identificó en 1984 al capitán Alfredo Marcó como uno de sus torturadores |
Se suicidan dos represores de la dictadura argentina
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:21h
BUENOS AIRES.- Un capitán retirado del ejército, de 66 años, y un policía jubilado de 70, acusados de estar implicados en violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura argentina (1976-83), se suicidaron con armas de fuego, según informaron ayer fuentes policiales. El capitán Alfredo Marcó, que nunca había sido sometido a juicio, se disparó un tiro en la sien tras ser acusado de sus actividades en la dictadura.
El policía Segundo Wenceslao Garro, por su parte, apareció muerto con un tiro en el corazón, tras haber sido citado a prestar declaraciones en un caso que se investiga como suicidio.
Marcó, que estaba señalado como torturador por presos sobrevivientes del régimen militar, se suicidó en su vivienda de la provincia noroccidental de La Rioja, indicó un portavoz de la policía provincial.
Marcó había encabezado la intervención del diario riojano El Independiente luego del golpe Estado.
El periodista de ese medio Plutarco Schaller, quien estuvo detenido y actualmente reside en Cuba, lo identificó en 1984 como uno de sus torturadores.
Schaller relató además que Marcó había anunciado la muerte del obispo de La Rioja Enrique Angelelli, que las autoridades militares intentaron simular como un accidente automovilístico.
La justicia investiga actualmente las circunstancias de la muerte del religioso y está prevista la exhumación de su cuerpo.
Por su parte, Garro, un ex oficial del Departamento de Informaciones D2 de la Policía de San Luis, se quitó la vida después de que justicia lo citara a declarar como imputado por violaciones a los derechos humanos, según una fuente policial.
El hallazgo de su cuerpo al lado de una carretera originó la apertura de una investigación por ''averiguación de suicidio'', según indicó el portavoz.
Estos casos se suman el suicidio, en noviembre del 2008, del polémico ex comisario Mario Ferreyra en la provincia de Tucumán, cuando se encontraba rodeado de gendarmes que intentaban detenerlo por orden judicial por casos de represión.
Ferreyra se disparó un tiro en el cuello ante las cámaras de televisión, que estaban transmitiendo en directo desde la vivienda del ex policía.
Además, actualmente la justicia investiga el supuesto suicidio mediante ingestión de cianuro, a fines del 2007, del represor Héctor Febres, encontrado sin vida en su celda en una dependencia de la Prefectura Naval (guardia costera), cuatro días antes de un veredicto por desapariciones y torturas durante la dictadura.