Se trata de la segunda temporada en la capital de España de la compañía vasca Kulunka Teatro, creada en 2010 por Garbiñe Insausti y José Dault, tras el aclamado André y Dorine que ha recorrido más de 30 países en los últimos años.
Tres jóvenes actores: José Dault, Garbiñe Insausti y Edu Cárcamo ponen en pie esta suerte de drama/comedia en la que se pone de manifiesto la soledad de unos personajes, de la amargura de no ser comprendido y de la amargura de comprender cuando ya es tarde.
En dos cuadros fundamentales: la familia compuesta de unos abuelos, el hijo y la nieta que van de visitantes, por un lado, y el paseo marítimo de dos prostitutas y el proxeneta, se cruzan en un momento dado, produciendo una hilaridad pasmosa, nunca exenta de ternura.
Las máscaras están bien caracterizadas, según diseño y construcción de Garbiñe Insausti, con la expresión precisa para los personajes que representan.
Pocas veces he visto destilar tanta ternura y melancolía en un espectáculo como en este de Solitudes. Una experiencia que nadie debiera perderse si desconoce este teatro de máscaras, un recurso que permite multitud de interpretaciones por pocos actores.