Me ocurrió una tarde de verano, con 32 grados de calor. Al interior de una multitienda en un centro comercial. Un joven matrimonio, una abuela y un bebé en su coche. Advertido por mi señora, me percato de la corta edad del pequeño. Dubitativo los miro, me acerco, me alejo, vuelvo a observar al bebé y decido iniciar el diálogo:
-“¿Me permiten un comentario?”.
-“Si señor”, contesta el muchacho,
-“¿La guagüita aún no cumple un mes, verdad?”.
-“No, tiene 17 días”, responde.
Prosigo: “Mira, yo soy pediatra y si observas hacia el techo, verás que están ubicados justo bajo una rejilla de un potente aire acondicionado y lo peor es que esto le puede hacer un gran daño al bebé”. La madre cubriéndolo con un pañal, me dice:
-“¿Y que hacemos?
A lo que contesto sonriente pero a la vez con seguridad:
-“¡¡¡ Váyanse para la casa !!!”.