De apenas 100 a 600 euros, los microcréditos son un producto que poco a poco va echando raíces en España. En otros lugares de Europa como Francia, Reino Unido o los países nórdicos, son muy conocidos y habituales para la gran mayoría de los ciudadanos. Sus características son ofrecer dinero en tiempo récord (apenas 10 minutos pueden bastar para obtener la concesión del crédito) y sin dar demasiadas explicaciones.
Generalmente ofrecido a través de entidades que operan en Internet como en este sitio web, el préstamo rápido es un producto con unas características muy particulares y que proponen al usuario una financiación de pequeñas cantidades, que no conseguirían en los tiempos de tramitación ofrecidos por éstas operadoras, en una entidad bancaria al uso.
La primera de estas características responde al hecho de que se trata de un modelo de préstamo en el que por regla general, no existen intereses aplicables ya que dichos intereses, se sustituyen por comisiones que van aumentando en función de los plazos de amortización de la cantidad solicitada; estos plazos de amortización no suelen superar en ninguno de los casos los 30 días.
La solicitud y tramitación documental es bastante simple y se puede realizar vía telefónica lo que representa una agilidad notable en cuanto al período de estudio de la operación que tras las comprobaciones correspondientes, puede ser tan sólo de minutos. En la mayoría de los casos, un simple SMS basta para iniciar la tramitación de estos créditos. El cliente debe señalar la cuantía que solicita, el plazo de devolución, su documento de identidad, fecha de nacimiento, dirección postal, número de cuenta bancaria y dirección de correo electrónico. Entre los requisitos que se exigen está tener más de 21 años y no mantener pagos pendientes con terceros.