La bipolaridad de Mourinho que no explica su papelito

Por Gaby Alonso - Twitter: @Gabriela_Alonso  

El entrenador de Real Madrid, José Mourinho, volvió a apelar a uno de sus grandes amigos, el “papelito”, para desacreditar a algunos periodistas que le cuestionaron en la sala de prensa, y acabó demostrando con sus propias palabras, la bipolaridad de la que ha padecido en la última temporada con respecto a la portería de los merengues, y a ella, no la sabe definir su blanco amigo.

Dice el escritor uruguayo Eduardo Galeano que donde pisa un portero “nunca más crece el césped”.Que “está condenado a mirar el partido de lejos. Él no hace goles. Está allí para impedir que se hagan y siempre tiene la culpa… hasta el fin de sus días lo perseguirá la maldición…”, esa y la que padecen actualmente los porteros de Real Madrid, pues tanto el capitán Iker Casillas, como Antonio Adán, Diego López y también el canterano Jesús Fernández, han venido teniendo el puesto a merced del ánimo del entrenador.

“Y oscila mi ánimo como un vaivén

Paso de ser un huracán a un maestro zen

A veces un volcán con el poder de superman

Y después ya ven, soy Clark Kent”

Pero comencemos por el principio: desde la llegada de Mourinho para la temporada 2010-2011, comenzó la polémica acerca de su relación con ciertos referentes del conjunto merengue, reforzada por la salida del entonces capitán Raúl González Blanco, quien había debutado en el primer equipo en 1994 y que varias veces negó la implicancia del portugués en el asunto de su partida, pero de quien ya ha dicho Zidane varias veces que “le echaron del Madrid”. Automáticamente, la cinta de capitán pasó al brazo de Casillas, portero principal desde 1999.

En el final de esa temporada, Real Madrid y Barcelona se enfrentaron cuatro veces en un mes por la Liga Española que luego ganaron los blaugranas, la Champions, donde estos eliminaron a los merengues en semifinales, y la Copa del Rey, que quedó en manos de los hombres de Mourinho.

La siguiente temporada comenzó con otro clásico, esta vez por Supercopa. Con los entredichos, acciones poco afortunadas sucedidas en campo y el dedo en el ojo del luso a Tito Vilanova, las relaciones se tornaron tensas y como una gran parte de los futbolistas de ambos clubes pertenecen a la Selección Española, Iker Casillas llamó por teléfono a Xavi Hernández para mediar como capitanes y lograr que las relaciones de cara a la Eurocopa 2012 que acabó ganando La Roja, se mantuvieran intactas. Este hecho, que fue uno de los pilares para que ambos jugadores recibieran luego  el “Premio Príncipe de Asturias de los Deportes”, desató la ira de Mourinho, quien se enteró de la llamada por Fernando Burgos, periodista de Onda Cero y lo tomó como una ofensa.

Días después y en medio de rumores que señalaban a Casillas como el topo de la prensa, el capitán fue suplente durante el partido por el “Trofeo Santiago Bernabéu” que los merengues organizan cada año, en esa oportunidad ante Galatasaray, y donde el guardavallas normalmente participaba.

El tema quedó un poco de lado, y en diciembre Adán, quien había sido relevo tras la marcha de Dudek y tenía entonces 24 años, buscaba otro equipo donde sumar minutos. El entrenador le convenció de continuar en la plantilla, que acabó logrando la Liga 2011-2012 con Casillas en la portería, quedando fuera de la Champions ante Bayern de Munich en una semifinal donde el capitán brilló en la definición por penales, parando dos, justo antes de convertirse nuevamente en una de las estrellas de la Selección Española, como en el Mundial de Sudáfrica y levantó su segunda Eurocopa.

Adán repitió que se marchaba durante el receso pero una vez más, se dejó convencer por el entrenador, quien confesó en una entrevista con el diario ABC que “pedí ayuda a Iker, hay que convencer a Antonio de que se quede”, al tiempo que se deshacía en elogios hacia él públicamente y le prometía más partidos.

Tras lograr con Casillas como titular, la Supercopa ante el Barça y un empate 2-2 en un partido espectacular por la Liga en el Camp Nou, los rumores volvieron a aparecer junto con un mal comienzo liguero producto de una clara falta de motivación en los jugadores y fallas técnicas en el once inicial, a mediados de diciembre de 2012, Mourinho, Silvino Louro (entrenador de porteros) y Carlos Carvajosa (jefe de prensa), se encerraron en el hotel de concentración de los merengues, previo al partido ante el Espanyol, con el redactor del diario MARCA, Antón Meana, a quien el luso le reprochó informaciones que este difundió precisamente, acerca del mostoleño.

Una semana más tarde, el entrenador anunciaba los once titulares ante Málaga, con Antonio Adán como portero, por encontrarse “mejor que Casillas en este momento”, y el malestar extremo pudo notarse en el rostro del capitán, quien vio como el equipo caía 2-3, desde la banca.

Tras las vacaciones navideñas, volvió a saltar Adán al campo, esta vez ante la Real Sociedad. Mourinho se arriesgaba a aplicar la lapidaria decisión en casa merengue, donde la afición desaprobó con silbidos la nueva suplencia de su capitán, quien debió ingresar a los siete minutos, cuando el Madrid ya ganaba con gol de Benzema y tras la expulsión de su colega que generó un penalti que Prieto le convirtió. El partido acabó 4-3 a favor de los locales, y Cristiano Ronaldo fue el capitán, pues cuando ingresó el “uno” le entregó el brazalete y este le respondió con un gesto que lo conservara, demostrando sus valores, no solo como futbolista, sino como persona y referente del equipo.

Adán había sido titular en el partido de ida por Copa del Rey ante el Celta y disputó también la revancha, que significó la clasificación de los merengues a cuartos. Pero este debía cumplir sanción en la Liga y Casillas recuperó la titularidad al partido siguiente.

El entrenador decidió entonces, seguir con el capitán al mando, dándole también la Copa del Rey, campeonato en el cual el 23 de enero de 2013, en oportunidad de la revancha de los cuartos ante Valencia, disputada en Mestalla, se fracturó la base del primer metacarpiano de la mano izquierda, al salir mal en una jugada y chocar accidentalmente con su compañero Arbeloa.

Ingresó Adán y también jugó ese fin de semana, cuando Casillas fue operado con diagnóstico de ausencia por 60 a 90 días, pero el 26 de enero, tras pedido de Mourinho, Diego López retornaba a la institución procedente del Sevilla y firmaba contrato hasta la temporada 2016-2017, haciendo pensar que si las palabras del entrenador habían sido ciertas, el nuevo portero, sería su suplente.

Sin embargo, apenas cinco días después del arribo, López debutó como titular y ni más ni menos que ante el Barça, en el partido de ida de las semifinales de la Copa, disputado en el Bernabéu y no volvió a aparecer el nombre de Adán más que en el banquillo y en alguna ocasión, hasta cediendo ese lugar a Jesús.

El gallego mostró más de lo mismo que hizo temporadas anteriores en Sevilla y Villarreal: ganas, esfuerzo, buenas salidas a los remates largos y elevados, pero con una técnica basada en cerrar los ojos y cometer severas fallas al achicar, que obligaron con el correr de los partidos, a mejorar el nivel defensivo presentado hasta ese momento. Tuvo dos encuentros magníficos en los clásicos: la revancha de Copa donde el Real eliminó al Barça en el Camp Nou y se clasificó a la final, y pocos días después en Madrid, por la Liga. En ambos casos, Casillas estuvo en el banco, como apoyo moral, pocos días antes del alta definitiva y en tierras catalanas, hasta concurrió a rueda de prensa en lugar de Mourinho. Repitió tarea en la banca en el partido ante Manchester, por la revancha de octavos de la Champions, donde López se mostró firme y seguro.

Pero volviendo a la Liga, las imprecisiones volvieron a aparecer. Casillas, que llevaba varias semanas avanzando en los entrenamientos con el primer equipo, obtuvo el alta, pero según dijo el entrenador alterno, Airtor Karanka en rueda de prensa, “le falta el alta competitiva”. Mientras gran parte de la afición cuestionaba esas palabras, el entrenador las repetía en lugar de justificar la ausencia de manera más creíble: España jugaba por esos días dos importantes encuentros por la clasificación europea a Brasil 2014, y Del Bosque manifestó públicamente que el portero le había expresado que le faltaban unos días.

El caso es que Casillas volvió a ser parte de la convocatoria, pero desde entonces ha estado en el banquillo, visiblemente sufriente en cada partido, incluido el último partido que los merengues disputarían en el campo de su debut, San Mamés, donde jugaron mayoría de suplentes, menos él; y los partidos de Champions ante Galatasaray en la revancha de cuartos, y Borussia en la ida de semifinales, donde sendos errores defensivos, y la inoperancia de López, le hicieron encajar 3 goles en menos de 20 minutos, consiguiendo peor media de goles en contra encajados de los que cosechó el mostoleño hasta su lesión en cada una de las competencias, y en el global (Casillas encajó 29 goles en 28 partidos –media 1,03-. López recibió 19 en 18, con una media de 1,05).

Y mientras Casillas esperaba el tercer gol ante el Borussia que le diera al Madrid la clasificación a la final de Champions, saltaba al campo a consolar a sus compañeros, y recibía la Medalla de Oro al Mérito de la Comunidad de Madrid, Mourinho intentaba borrarlo del mapa como a Hiroshima al decir que “la Liga del 110 la gané yo” y que lo único que cambiaría de sus tres años en Real Madrid, es “tener a Diego López desde el final de la primera temporada”.

Por qué si quería a López en la plantilla retuvo a Adán? Por qué dice que él ganó la Liga 2011-2012 y no reconoce el mérito de Casillas en esa temporada? En qué momento Adán dejó de estar “mejor que Casillas”? Por qué cuando se lesiona Casillas, en lugar de dar minutos a Adán, trae a López?

Todas estas preguntas solo tienen una explicación, que el papelito que Mourinho puso este viernes en la mesa, no puede explicar: bipolaridad, dualidad de declaraciones, o lo que en este caso es lo mismo…una situación escondida detrás del banquillo.