A casi dos años del terremoto y tsunami crece polémica por responsabilidades políticas

Mientras, el ministro del Interior respaldó las críticas de la Alianza hacia las autoridades de la administración anterior por la negligencia para declarar la alerta de maremoto, el abogado querellante aseguró que la ex Presidenta Michelle Bachelet no tiene culpabilidad.

A dos semanas de conmemorarse un año más desde el terremoto y tsunami que afectó a la zona centro-sur del país provocando millonarios daños y cientos de víctimas, la polémica se centra en la responsabilidad política por la fallida alerta de maremoto.

Formalización por cuasidelito de homicidio a ocho ex funcionarios

De hecho, la fiscal Solange Huerta pidió la formalización por cuasidelito de homicidio de ocho ex funcionarios de la administración de Michelle Bachelet, entre los que se encuentran la ex Directora de la Onemi, Carmen Fernández y el ex Subsecretario del Interior, Patricio Rosende, por las 156 muertes ocurridas en la tragedia.

Sin embargo, todas las acusaciones políticas, tanto del gobierno como de parlamentarios de partidos de la derecha, buscan culpar a la ex Presidenta, catalogándola como la principal responsable. En los últimos días, el ataque ha sido continuo y persistente.

Volviendo de sus vacaciones, el ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter señalaba que "cuando uno es parte de un equipo, simplemente decir a mí ese día no me correspondió o no tuve nada que ver, no es quizás la forma en que deben enfrentarse este tipo de desafíos. Respecto a las responsabilidades políticas uno siempre tiene que pensar que también comprenden y comprometen a todo un equipo que estaba a cargo de la emergencia".

Sin embargo, en la vereda contraria, uno de los abogados querellantes, Alfredo Morgado, descartó de plano cualquier responsabilidad de Bachelet en la eventual negligencia para decretar la alarma por maremoto.

Abogado querellante descarta responsabilidad de ex Presidenta

"Desde la perspectiva jurídica, ella no tiene responsabilidad en lo que respecta a la estructura del organigrama que se forma frente a estas situaciones de emergencia y desde las perspectivas fácticas, ella es la primera persona que cuestiona, incluso duramente, todo el manejo de información que se estaba llevando a cabo".

La responsabilidad de Bachelet

Uno de los que salió a la defensa de la actual directora de la ONU-Mujer fue el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien aseguró que "perseguir responsabilidades a nivel de la Presidencia de la República en este caso es bastante absurdo, porque la Presidenta no es la encargada de....la Presidenta es la figura política que inspira, busca, pide que las cosas sean resueltas, pero no es la que está diciendo si va a haber un determinado desarrollo".

El ex ministro del Interior agregó que "creo que la presencia de ella no era para tomar las decisiones técnicas ni para estar mirando los aparatos, sino básicamente para dar un apoyo y respaldo a la gente especializada en lo que estaba haciendo", agregó Insulza.

Por su parte, la ex ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) Laura Albornoz, acusó al Gobierno y a los partidos oficialistas de querer utilizar estas circunstancias para dañar la imagen de la ex Presidenta Bachelet, que terminó su mandato con casi 80 por ciento de aprobación ciudadana.

La actual candidata a alcaldesa por Santiago calificó como un "inédito aprovechamiento político", las declaraciones que se han producido en torno a esta investigación, agregando que "nos parece notoriamente imprudente y perjudicial para el país que se intente mezclar una cosa con la situación de la formalización que ocurrió la semana pasada. Aquí hay un intento de aprovechamiento político que es improcedente", dijo.

Sí existe responsabilidad

Sin embargo, están los que siguen firmemente pensando que la ex Presidenta debiera asumir responsabilidad. En una carta enviada al diario "El Mercurio", el historiador Sergio Villalobos sostiene que "cualquier persona medianamente culta y despierta pudo darse cuenta de que el terremoto ocurrido el 27-F podía provocar un maremoto en la costa centro sur. A pesar de los errores y vacilaciones del SHOA y de la Onemi, debieron tomarse medidas de emergencia".

A ello agrega que "aquellos organismos demostraron su inutilidad, fuese por incompetencia de su personal, ausencia de protocolos claros o carencia de equipos adecuados de comunicación (algunos de estos se encontraban almacenados)".

El rol de las FF.AA.

Por su parte, Luciano Fouillioux, abogado defensor de la ex directora de la Onemi Carmen Fernández, acusó que el Ejército no informó a la ex Presidenta ni al resto de los funcionarios que se encontraban en el organismo de emergencia la madrugada del 27 de febrero de 2010 que su sistema de comunicaciones "Torrente" estaba operativo, lo que -a su juicio- pudo incidir en la mala toma de decisiones.

"Según los antecedentes que tenemos, la red interna de comunicaciones del Ejército siempre estuvo operativa. La información por propios altos oficiales y ex ministros de Defensa es que en el Ejército estuvo siempre operativo -felizmente- el llamado Plan Torrente, que es un sistema encapsulado de comunicaciones internas dentro de las unidades militares, que nunca sufrió corte de ninguna naturaleza", dijo Fouillioux a La Tercera.

De acuerdo al jurista, "si se hubieran puesto al servicio, del primer minuto, de autoridades civiles y políticas, las comunicaciones (del Ejército), hubieran fluido de una manera infinitamente mejor" las informaciones y "probablemente hubiera podido permitir, no obstante los errores del SHOA, que las autoridades políticas hubieran podido tomar decisiones".

Sin embargo el ex vocero, Francisco Vidal asegura que él conocía el sistema y que no era adecuado para la emergencia que enfrentaba el país pues es sólo una red entre regimientos, y que en algunas partes de la catástrofe, como zonas costeras, no hay unidades militares.

Por último es importante agregar que en Chile se produjo el 27 de Febrero de 2010 un terremoto grado 8,8º en la escala de Richter. Éste es el quinto terremoto en orden de importancia de los que se han producido en el mundo. Al fuerte terremoto, siguió un maremoto que afectó la zona costera de ocho provincias. Hubo olas de hasta 30 metros de altura.