Las fotos, colgadas en la página en Facebook del llamado colectivo La Piedrita, que afirma estar al servicio de la llamada Revolución Bolivariana, violan varias leyes venezolanas, entre ellas la de protección del niño y el adolescente, e incluso una que prohíbe los juguetes y juegos bélicos.
Pero además, en las fotos aparecen un diputado del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el comandante de la Guardia Nacional en la capital venezolana, y el alcalde de Caracas, junto con el líder de La Piedrita, Valentín Santana, quien desde hace más de tres años tiene orden de detención por un tribunal.
El escándalo, en año electoral, está afectando al Gobierno de Hugo Chávez, ya acorralado por la violencia que asola al país, con 19.000 asesinatos anuales, la cual, según la oposición, es promovida por acción o por omisión desde el propio Ejecutivo.
El ministro del Interior, Tarek El Aissami (quien debería encargarse de someter a este colectivo), lo calificó de «hecho grave y repudiable». Pero hasta ahora no hay detenidos por el caso.
Según el grupo, los niños «escenificaban una obra de teatro», pero el armamento es real.
La oposición, así como la Iglesia católica, han condenado el hecho, que tiene lugar en una zona de Caracas en la que los «colectivos» son la única autoridad, porque así lo han decidido ellos mismos, y la población vive atemorizada.
Los pequeños, de entre tres y siete años, fueron fotografiados frente a un conocido mural, realizado por el mismo grupo La Piedrita, en el que aparece la virgen de Coromoto (patrona de Venezuela) con un Niño Jesús en sus brazos portando un AK-47. La Iglesia católica ya se apresuró a calificar el mural de blasfemo.
El 23 de Enero es un conjunto de gigantescos bloques de viviendas de interés social construido en la década de los cincuenta, un gueto con apenas dos entradas, situado en una colina, donde viven unas 100.000 personas.
.jpg "Revuelo en Venezuela por fotos de niños con fusiles del Ejército")
Si (
No(
