Piñera en caída libre

Pero Piñera, insensible -o lo que es peor-, ignorante a la difícil  situación política que se plantea con estos resultados, sigue aferrado a su idea de que todo “está bien”. En cualquier país serio (y Chile se vanagloria de serlo), una vez  conocida esta demoledora encuesta, el equipo de ministros en pleno debió poner sus cargos a disposición del presidente aunque fuera como se dice, “sólo por cumplir”.

Pero, ¿Qué hacen los hombres del presidente?: intentar justificar lo injustificable siguiendo esa costumbre tan típica en el país que consiste en relativizar y minimizar todo. De ahí que  cada uno de ellos haya salido a dar inverosímiles explicaciones. Ya sabemos que si hay una marcha de tal o cual  movimiento para reivindicar tal o cual cosa y asisten 50 mil personas, el gobierno dirá que fueron 18mil.

Cuando se produjeron los claros signos que avizoraban la eclosión  del importante movimiento estudiantil que está sacudiendo al país, el ministro responsable  aseguraba “que son unos cuantos revoltosos sin ganas de estudiar los que agitan el cotarro” y así, hasta el infinito.

Por otro lado da que pensar el hecho -y sería motivo de análisis exhaustivos por parte de  los cerebros grises del gobierno-, que mientras Chile en su conjunto muestra unas cifras de crecimiento macroeconómico que son la envidia de sus vecinos en Latinoamérica,  y la admiración de los “grandes” de Europa, (que exhiben tasas de avances económicos ridículos), el ciudadano de a pie en Chile ignora la macroeconomía (porque en realidad lo que le preocupa es su microeconomía), y castiga al gobierno con un 31% de aprobación.

Por su parte, Piñera, el principal vapuleado por la encuesta de ADIMARK y desde México, ha dado una sorprendente explicación a su baja popularidad. Ha dicho el presidente que “la causa de estos pobres resultados hay que buscarla en el creciente empoderamiento y mayor nivel de exigencia que tiene el pueblo chileno que busca rápidas soluciones a sus problemas”. Me pregunto si esta frase, que la dijo de corrido y sin equivocarse ni una sola vez, es una más de sus “Piñericosas”.