Ecuador dispuesto a colaborar con El Salvador

Será "una ayuda mutua, porque tenemos que aprender mucho de El Salvador", declaró Correa al concluir el acto oficial en que Funes recibió el lunes la banda presidencial de manos del presidente saliente Tony Saca.
"Estamos a las órdenes si en algo podemos ayudar", señaló Correa, quien aclaró que no tenía planeado reunirse con Funes en su breve visita al país.
Para Correa "la historia de este pueblo es heroica y tenemos que aprender muchísimo de sus mártires y héroes" como Farabundo Martí, un líder comunista de la década de principios del siglo pasado, y monseñor Oscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 a principios de los 12 años de la guerra civil de este país.
Romero, cuyo proceso de canonización es analizado por el Vaticano, fue recordado por Funes en su discurso de asunción causando una prolongada ovación de parte de los asistentes.

"Gobernar bien es la máxima expresión del compromiso con nuestro pueblo y con la memoria de monseñor Romero: mi maestro y guía espiritual de la nación", señaló Funes, quien antes de asistir a la ceremonia de traspaso de mando visitó la tumba de Romero en la catedral de la capital.

Antes de regresar a Quito, Correa visitó una capilla de una universidad privada donde yacen los restos de seis sacerdotes jesuitas españoles y dos empleadas salvadoreñas asesinados por un comando del ejército en 1989.
"Al llegar hasta aquí, físicamente, hemos andado el mismo camino que los asesinos, pero nosotros venimos con la vida, con el cariño y la esperanza", dijo Correa ante una multitud en la capilla de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), en el sur de la capital.

Los jesuitas, entre ellos el entonces rector de la UCA Ignacio Ellacuría, fueron asesinados la madrugada del 16 de noviembre de 1989 en el interior de las instalaciones de la universidad. El crimen ocurrió dos años antes de los acuerdos de paz de 1992.
En septiembre de 1991 fueron condenados por el crimen el coronel Guillermo Benavides y el teniente Yussy Mendoza, entre una docena de militares, pero quedaron en libertad en 1993 debido a la aprobación de una Ley de Amnistía que dejó impunes decenas de crímenes cometidos durante los 12 años de guerra (1980-1992).
Dos organizaciones proderechos humanos presentaron en noviembre pasado en España una querella para procesar a Alfredo Cristiani, el presidente salvadoreño de entonces, y a otros 14 mandos militares por el asesinato.