Cómo no recordar los nombres de Popocatépetl, Chimborazo, Churubusco, Antofagasta, Tegucigalpa, y tantos otros. Sin embargo, quiero destacar el nombre de Cochabamba, tan musical, tan divertido, tan dulcemente pegado a mi infancia. Sí, decía al pastelero: deme una bamba, que sea de nata.
Poeta en mis días, he comprobado que las canciones son el primer acercamiento a la lírica. Un conocimiento esencial para el ritmo, el lenguaje y el corazón. Ahí se empieza a elaborar la primera educación sentimental.
Lira-lírica, ya se sabe. Y si el cantar viene de seres queridos, el acierto educativo es total, nunca se olvida, acompaña siempre.
La vida que es generosa me llevó a Bolivia, la primavera del 2023, en viaje afortunado de la asociación Poetas del Mundo. Ahí se desató toda la primera memoria.
Cómo no recordar aquella canción tradicional que comenzaba así:
Allá en la altiplanicie
de la Bolivia ancestral,
existe una gran llanura,
la llama es su alteza real.
Qué misterio se desata para la imaginación infantil con esas palabras cantadas. “Ancestral”, solo misterio y lejanía suscitaba para la niña que fui. ¿Y quién era esa “alteza real” que no conocía?
Años más tarde, joven ilustrada y progresista viviendo en París, compré discos de aquella magnífica colección llamada “Le chant du monde” (discos de oro) que patrocinaba la UNESCO. Allí encontré una canción y un personaje que me fascinó. Decía así, con una música arrebatada y hermosísima:
Ciento cincuenta años pasaron
de la muy fiel y leal,
Tarija, la guerrillera,
la boliviana de corazón,
no quiere penas ni olvido
ni mucho menos resignación.
Hoy escribo este recuerdo y salen las canciones de un tirón. De esa tabla rasa, tablilla de cera que es la mente de estreno. Cera virgen, donde un delicado punzón va haciendo anotaciones que se vuelven indelebles. Afloran sin dificultad a la mínima ocasión y oportuno momento.
El “disco duro”, como se dice en la actualidad, apenas está de estreno, en absoluto lleno.
La geografía humana
Volviendo al tiempo presente, Cochabamba me ha dado eso que es en cierto modo lo mejor de los viajes, lo que llamo "la geografía humana”: el conocimiento de las valiosas escritoras Pilar Pedraza y Verónica Ormachea, autoras de magníficas novelas.
Además, conocí al escritor y poeta Alfonso del Granado, autor de la excelente novela Holofernes. Es él, por sí mismo, un “per se”. Alfonso incorpora en su biografía y, lo que es más, en su corazón, toda una historia de Bolivia, a través de su padre. Hablo del gran poeta laureado Javier del Granado. Fue todo un lujo conocer a hijo tan preclaro, y conocer al padre, a través de su Fundación y su obra.
La vida, que es generosa, me ha llevado al fin a saborear Cochabamba el precioso nombre que nombra con encanto a una tierra y a una ciudad.
Una vez más, como dice el cantor de América: “Gracias a la vida que me ha dado tanto”
En la España pobre e hirsuta de la posguerra, esta educación geográfica y cantora era lluvia maravillosa caída del cielo que nos regalaba la palabra exacta de los sentimientos. Todos los españoles sabemos cantar “La flor de la canela”, los boleros, las rancheras. Todo un “leit motiv” para aquellos años de plomo, tras una guerra civil incivil, como me gusta remarcar.
Así fue, así pasó. Hablo de España, de Bolivia. Hablo de toda Iberoamérica, la América con la que compartimos lengua y cultura.
*María Antonia García de León: Es Escritora y poeta. Licenciada en Derecho (UCM) y Ciencias Políticas y Sociología (UCM).Doctora en Sociología (UCM). Tiene estudios de Guion y Dirección de Cine en el TAI y es Profesora Titular de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Tiene publicados más de 20 libros sobre sociología de las mujeres, del cine y de la educación al igual que numerosos artículos en revistas nacionales e internacionales. Ha realizado estancias en prestigiosas universidades internacionales (USA, Londres,París, etc.). En el campo de la lírica ha escrito veinte libros de poemas. El más reciente, en pro de las mujeres, es: Escucha la elocuencia de mi corazón, Premio Internacional de Poesía Gabriela Mistral, 2024. Sus poemas han sido traducidos al inglés, al francés y al árabe.