La obra describe como el rey Alfonso XI selecciona a un grupo de caballeros que toman un protagonismo hasta entonces reservado para la vieja nobleza. Esa nueva aristocracia, surgida de los campos de batalla, obtiene privilegios, forma la “banda” que da nombre al título, y se convierte en instrumento directo del monarca. Son el origen de una nueva nobleza Según la reseña de la agencia Servimedia, Gonzalo San Segundo “profundiza en la aparición de una caballería de la que surgió una nueva nobleza con ambiciones desproporcionadas.
Esos caballeros forjan alianzas y amistades que se tensionan al llegar al reinado de Pedro I el Cruel, hijo legítimo de Alfonso XI, que decide acabar con gran parte de esa banda en una fiebre de venganza. Queda intacta una parte de la hermandad que luego bajo el reinado de Enrique II de Castilla se recompone.
El autor despliega un estilo ágil y directo. Hay escenas de combates, intrigas palaciegas, decisiones políticas, pero también momentos de reflexión moral. Las transiciones entre lo épico y lo privado permiten mantener el ritmo. Además, la ambientación resulta creíble: la Castilla medieval emerge no como un fondo decorativo sino como un entorno vivo. La ciudad de Ávila se adivina más allá del nombre. Los linajes locales —como los Dávila — adquieren relieve, y la tensión entre lo viejo y lo emergente sirve de motor a la trama.
Hay que resaltar la recuperación de un periodo histórico abandonado en la narrativa comercial. La Castilla del siglo XIV aparece aquí con protagonismo, lejos del cliché de la Reconquista puramente guerrera . San Segundo trae al lector al corazón de ese mundo cambiante: una nobleza que se resiste, un rey que se fortalece, unos caballeros que pagan un precio por su lealtad. También la capacidad del autor para combinar historia con novela de aventuras. Esa mezcla equilibra entretenimiento e historia.
En términos generales, La Banda del Rey se presenta como una obra sólida de narrativa histórica, si bien exige cierto esfuerzo del lector (seguir linajes, contexto, alianzas), recompensa ese esfuerzo con una historia absorbente que conjuga poder, dolor, redención y amistad. Para el lector de novela histórica que valora tanto la rigurosidad como la aventura, este libro representa una apuesta interesante.
La Banda del Rey confirma a Gonzalo San Segundo como un autor capaz de trasladar al gran público un periodo histórico poco conocido con una atractiva narración bien documentada. Su lectura atrae, con arranques heroicos que satisfacen al aficionado del género, y con suficientes reflexiones sobre poder y lealtad como para atraer al lector más exigente. Solo queda esperar el tercer volumen de la trilogía para ver cómo se cierra esta saga que arrancó con Los Roeles, Dávila contra Dávila.