Se trata de una serie muy particular, llevada a cabo con la singular técnica al acetato, que proporciona a las imágenes un brillo específico de gran belleza. El proceso ha sido largo y laborioso, pero al fin, estampador y artista lograron lo que pretendían.
Tanto el poeta mexicano como Rafael Canogar (81) hicieron un recorrido por las distintas series de grabados del artista toledano, último miembro viviente del Grupo el Paso que nació en Madrid en 1958. Se recordó en especial la gran exposición individual de Canogar en la Casa de la Moneda en Madrid, donde se expusieron todas sus series.
Canogar señaló que ha vuelto a la idea del paisaje castellano de sus orígenes y que, frente a la idea de libertad y reivindicación que ha movido buena parte de su trabajo artístico, ahora le ha preocupado fundamentalmente la belleza. El artista visual entiende el grabado como obra única, por lo que destruye el modelo inicial para que no ser calificado de “original” y la serie de grabados como copias.
El autor recordó su disconforme primera experiencia con el grabado, pero más adelante su entusiasmo por la obra gráfica. La obra artística como acontecimiento, tras un encuentro entre los materiales y la manipulación del autor.